La vedette Norma Duval ha comparecido en la mañana de este miércoles en los juzgados de Inca para declarar como testigo por un delito contra la seguridad de los trabajadores. La empresaria ha sido citada por el juzgado a raíz de un accidente laboral y ha acudido a declarar acompañada por su abogado, Jaime Campaner. El juzgado había rechazado la petición de las acusaciones de citarla como investigada. La investigación aborda lo ocurrido en el verano del año pasado cuando el empleado de una empresa de mantenimiento se cayó de una escalera y se rompió dos costillas en casa de la presentadora.
Duval ha explicado a la juez que había llamado a la empresa para la que trabajaba el afectado para retirar unos restos de poda en su jardín y que, en un momento dado, el operario se subió a una escalera y se cayó. Según el relato de la testigo, se quedó en el suelo sin moverse y ella avisó a una ambulancia que rebajó la urgencia de la atención y lo trasladó a un centro hospitalario. En la causa está investigada la empresa para la que trabajaba el herido.
Este no es el único frente legal para Duval y su pareja, el empresario alemán Matthias Kühn. Ambos están pendientes de ser convocados por un juzgado de Palma que investiga si el promotor inmobiliario ocultó buena parte de sus activos para evitar pagar más de 13 millones de euros a Hacienda. Esa trama salpica a Duval por haberse supuestamente beneficiado de la operación de su marido.
En concreto, el juzgado de Palma investiga un crédito que recibió Duval de 300.000 euros sin que constara ningún tipo de compensación en el año 2017 de la sociedad Tagomago S.A. La Agencia Tributaria sospecha que esa entrega de dinero servía para ayudar a descapitalizar las sociedades de Kühn. La investigación afecta también a un hijo de la vedette, Marc Iván Ostarcevic.
Parte de esa operativa tenía como objetivo preservar de Hacienda y del pago de esa deuda de 13 millones los 96 millones de euros que el empresario alemán esperaba cobrar como compensación del Govern por la desclasificación de terrenos de la urbanización Muleta II. Esos fondos están ya en manos de la sociedad Birdie Son Vida de Kühn, que se encontraba bajo concurso de acreedores.