Vox ha manifestado este martes «pleno apoyo» a las reivindicaciones planteadas por la patronal de distribuidores de comidas, bebidas y limpieza de Baleares (ADED), al tiempo que ha acusado a los partidos de izquierda de «intentar implementar un racismo económico», con el objetivo de «contentar y mantener a su extensa red clientelar».
De esta manera han reaccionado desde la formación a la campaña de «desagravio» a los turistas anunciada este lunes por ADED, como respuesta a las movilizaciones y protestas planteadas en Baleares. En un comunicado, han apuntado que es «fundamental» garantizar un «ambiente de respeto y hospitalidad» hacia todos los visitantes, dado que para Vox esto es un «elemento clave para el sostenimiento del turismo». El portavoz adjunto de Vox en el Consell de Mallorca, David Gil, ha explicado se Vox se suma a la «justa reclamación de los distribuidores de Baleares».
Para Gil es «inaceptable» que se permita un «trato denigrante» a los turistas, ya que, a su juicio, son el «motor económico de Baleares». Asimismo, ha exigido que se tomen medidas inmediatas para «frenar estas actitudes» y se proteja la imagen de Mallorca como «un destino acogedor y respetuoso». «Es lamentable ver cómo los partidos de izquierda, movidos por intereses puramente electorales, utilizan su maquinaria política para dividir y polarizar la sociedad, al fomentar un clima de rechazo hacia los turistas que claramente beneficia a su base clientelar, pero que pone en peligro el futuro económico del archipiélago», ha afirmado Gil.
Por estos motivos ha advertido Gil de las «graves consecuencias» que esta estrategia podría tener, ya que «Baleares no puede permitirse el lujo de volver a la situación de alarma que se vivió durante el movimiento 'SOS Turismo'. Gil ha remarcado que es »fundamental« que se adopten medidas concretas para asegurar que los turistas »se sientan bienvenidos y respetados en Mallorca«. Por último, Vox ha instado al Gobierno central y balear a que escuchen las »preocupaciones« del sector de la distribución y adopten las »medidas necesarias para proteger el turismo, un sector vital para la economía de Mallorca".
«La administración tiene la obligación de actuar con firmeza y celeridad para garantizar que Mallorca sea un destino atractivo para millones de personas que cada año nos eligen para disfrutar de sus vacaciones», ha concluido Gil.