Cuando Pere Bueno y su familia llegaron al aeropuerto de Dublín, sabiendo que la DANA azotaba Balears, preguntaron si su vuelo de regreso a Palma llegaría en hora. En el mostrado de Ryanair, la compañía con la que viajaron, les confirmaron que no habría problema. No imaginó que acabarían sufriendo más de 4 horas de retraso dentro del avión, sin poder salir.
«A las 18.25 horas despegaba, pero cuando llevábamos 25 minutos nos dijeron que debido a los controladores aéreos españoles el vuelo se retrasaba 2 horas, aunque creían que solo sería de una hora y que, por ese motivo, no nos bajaban del avión», cuenta Bueno, que iba con su mujer y sus dos hijos y reclama a la empresa irlandesa, como establece la normativa compensatoria para su caso concreto, 1.600 euros, 400 por persona. «Cuando llevábamos 1,5 horas, una niña entró en pánico y la madre pidió poder salir para que respirara aire fresco. La intentaron calmar dándole chocolatinas, y la tripulación les amedrentó diciendo que si salían causarían otros 30 minutos de retraso», explica el afectado, que condena el trato recibido, en general, por todo el personal.
Hacia las 2 horas de espera el avión empezó a rodar por la pista, pero el piloto informó de que debido al comportamiento de un pasajero iban a volver a la terminal para entregarlo a la policía. «No hizo nada inapropiado», señala, y aclara que al final despegaron hacia las 22.40 horas. Hasta 4 horas y 15 minutos después de lo previsto, pero el mal trago no terminó aquí.
«Pensábamos que tendrían la cortesía de darnos de cenar y algo de beber, porque ningún pasajero había previsto esta situación, pero entonces nos dijeron que todo era de pago. Nos pareció una vergüenza», lamenta, y recuerda que llegaron a Palma hacia las 2.30 de la madrugada. «En el vuelo había más de 40 menores de edad; por mucho que sea una compañía lowcost, no se puede entender este trato y falta de transparencia, porque todavía desconocemos a qué se debió el retraso. Durante una hora la DANA provocó restricciones, pero ¿el resto de horas?», se pregunta.
Bueno ya ha denunciado los hechos en Consumo y, si no obtiene respuesta, contactará con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, competente en derechos del pasajero. Mediará a través de la asociación de consumidores a la que pertenece y, si no se resuelve, acudirá a la vía penal. Este diario contactó sin éxito con Ryanair.