Tanto Es Plans de Alaior como el núcleo del municipio de Es Mercadal se encuentran en zonas inundables, cartografiadas como tales por los estudios del Govern balear y catalogadas como de alta probabilidad de que una riada como la del pasado jueves pueda ocurrir. Los mayores daños materiales y el riesgo para la vida de las personas se han producido en estas zonas, rodeadas de torrentes, en el caso de Es Mercadal incluso amenazando algunas calles de casco urbano.
Sin embargo, y aunque la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había lanzado la alerta por lluvias el lunes día 12, avisando de que se activaría el riesgo máximo el miércoles 14, y a pesar también de que ese mismo día Formentera ya era azotada por el temporal, no hubo evacuaciones preventivas ni desalojos. Solo el Ayuntamiento de Ciutadella vació sus playas y restringió el tráfico rodado en los accesos a la plaza de Es Born, Sa Muradeta y Es Pla de Sant Joan.
Ciutadella pudo llevar a cabo esa evacuación preventiva de su litoral —no sin resistencia de los bañistas–, porque cuenta con un Plan de Emergencias del Municipio (PEMU); los otros municipios menorquines no disponen de este documento, aunque algunos ya trabajan en su elaboración, como son Es Mercadal, Ferreries y Sant Lluís.
Los planes de emergencias locales, en cumplimiento de la Ley Gestión de Emergencias de Balears de 2006, contemplan los principales riesgos que pueden crear situaciones de emergencias en el municipio, el análisis del riesgo, la estructura y organización de todos los actores implicados, y el nivel de emergencia.
«Con el plan el municipio puede actuar y obligar a la gente a desalojar, es ley», explicó ayer el jefe de Bomberos del Consell, Joan Rosselló, aunque también subrayó que «por lógica las casas no deberían estar ahí, nadie debería edificar junto a un torrente ni en primera línea de mar o en laderas de montañas, pero la sociedad no lo asume, son zonas que se han hecho urbanizables».