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Barrios de Palma

Plaza de Toros: el barrio «invadido» por los coches y el ruido del Coliseo

La agrupación vecinal se queja por la falta de zonas verdes y reclaman un pulmón para una barriada tan frecuentada por vehículos

El Coliseo Balear. | Lucía Cortés

| Palma |

El segundo barrio más grande del Distrito Norte de la ciudad, Plaza de Toros, también conocido como Coliseu, se conforma alrededor del primer anillo del Ensanche. Se trata de una de las zonas más densas de la ciudad, con una concentración que supera los 16.000 habitantes, según las últimas cifras el Instituto Nacional de Estadística. Principalmente, la barriada se articula entorno a la comercial calle Arxiduc Lluís Salvador, con una amplitud que abarca desde Alfons el Magnànim hasta el Paseo de Jacinto Verdaguer. Su nombre se lo debe al Coliseo Balear que forma parte del patrimonio histórico de la ciudad desde 1929.

Con un amplio tejido social, una pequeña parte de sus residentes se agrupan en la Associació Veïnal Coliseu. La presidenta del colectivo, Elena Herrera, explica que anteriormente, este barrio lo conformaban tres distintos. Por lo tanto, las características de la población de cada zona son diferentes. «Aunque, cada vez hay más familias jóvenes que se instalan en la zona de los chalets y al norte de Arxiduc, la gran mayoría son personas mayores que viven solas», añade. «El crecimiento del barrio se está dando hacia arriba, las edificaciones superan los 10 pisos, cuando antes no era más que una barriada de casas bajas», indica Jaume Jaume, el secretario de la agrupación.

Algunos vehículos impiden el paso de personas con movilidad reducida.

Además, señala que las calles son estrechas y no están preparadas para acoger el tráfico. El aumento de vecinos comienza a ser un «problema de urbanismo», explican desde la Associació Veïnal Coliseu. Una problemática que está en incremento por la reciente proliferación de alquilares turísticos ilegales en las calles más populares, «como el número 26 de la Avenida arquitecto Gaspar de Bennazar», indica Herrera. «Esto nos afecta en la calidad de vida, de madrugada se escuchan las ruedas de las maletas por la acera», relata.

Los vecinos de la barriada se lamentan que los vehículos les «han invadido y no hay forma de aparcar en el barrio». «Todos los coches que no quieren pagar la ORA vienen aquí y esta zona está colapsada», declara Jaume. Desde la anterior legislatura, la asociación ha luchado por ampliar el transporte público. «Solamente teníamos una línea de bus, que es la 11, y ahora, hemos conseguido alargarla y crear una nueva, la 22», explica su presidenta. Lo cual, haría más factible su propuesta de crear un parking disuasorio en la zona de Son Hugo y extender la parte con operación de regulación de aparcamiento (ORA) hasta final de Arxiduc.

Los transeúntes tienen que evitar los coches mal aparcados.

Jaume hace especial hincapié en que no cuentan con ninguna zona verde en el barrio. «Y en lugar de solucionarlo, el Ajuntament de Palma pretende construir aparcamientos», argumenta. Según explica el secretario del colectivo, «el pulmón del barrio son las pocas plantas bajas con jardín que quedan». Este agravio en la calidad de vida se suma a la dificultad para descansar durante las noches en las que hay espectáculo en la Plaza de Toros. «No podemos dormir, el evento termina a las 12, pero la gente se queda haciendo ruido en la zona», señala. A raíz de este problema recurrente durante el verano nació la agrupación de vecinos en 2012. Por otro lado, se quejan de la suciedad del barrio, visible en las farolas y fachadas de sus calles. «La mayoría vienen del centro y avenidas a pasear a sus mascotas, y el barrio sufre el fuerte olor de la orina de los perros», expresan los miembros asociados en Coliseu.

A raíz del gran número de personas de mayor edad en el barrio, la asociación creó una iniciativa para combatir la soledad. «Creamos una plataforma con todas las entidades ubicadas en la zona: Cruz Roja, el Centro de Salud Arquitecte Bennàssar, los servicios sociales y Cáritas; para realizar actividades con voluntariado». Entre el amplio abanico de opciones, los vecinos pueden participar en talleres de manualidades, cocina, deporte, meditación y adaptación tecnológica. «Gracias a este trabajo comunitario, se crean redes de apoyo en la tercera edad», explica la presidenta.

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