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Una jornada en rojo para el presidente

Imagen de Pedro Sánchez -derecha- junto a Francina Armengol -segunda por la derecha- este martes en el Palau de l'Almudaina de Palma este martes. | Teresa Ayuga

| Palma |

Pedro Sánchez empezó el martes haciendo historia, otra vez. El presidente acostumbra a tomar decisiones inéditas, desde formar el primer gobierno de coalición desde la Segunda República a mandar una carta a la ciudadanía para meditar durante un fin de semana su futuro político. Serán hechos más o menos solemnes o patéticos, pero quedarán en la memoria colectiva. Lo de este martes no fue para menos: fue recibido por el rey Felipe VI en el Palau de l'Almudaina de Palma pocas horas después de querellarse por un presunto delito de prevaricación contra el magistrado Juan Carlos Peinado, que investiga a su esposa por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción de negocios. ¿Qué otro presidente se ha encontrado en esa situación? Y encima el día en que se cita con el Monarca en el tradicional despacho veraniego para tratar asuntos de actualidad, que empezó hacia las 18 horas tras la jura del nuevo magistrado del Constitucional, José María Macías.

Al igual que para el Rey, que por la mañana estuvo de regata a bordo del Aifos, la cita con Sánchez debió de ser un break time. ¿Acaso estos encuentros significan algo más allá de emitir fotos simbólicas que justifiquen la existencia de la monarquía?

«Siempre desayuno bien, para tener la energía suficiente», aseguró Sánchez en una entrevista con un medio especializado en alimentación. El café con hielo, aunque lo tome con moderación, es su devoción, incluso en invierno, como le confesó una vez a Susana Griso. Ya pudo beberse varias tazas para aguantar la intensa jornada que le esperaba y que inició con un tuit que debió publicar desde el Consejo de Ministros de las 9.30 horas y en el que reivindicaba la gestión de su gobierno al saberse que el PIB continúa creciendo. Una realidad macroeconómica que pone en evidencia los discursos apocalípticos tan aclamados, pero que obvia el estancamiento salarial, la crisis de la vivienda o las carencias del modelo productivo.

A media mañana Sánchez recibió al magistrado Peinado en el Palacio de La Moncloa, donde llegó dispuesto a grabar el interrogatorio con el presidente, que se acogió a su derecho a no declarar contra su mujer para más tarde registrar la querella. Otro movimiento inesperado del apasionado del baloncesto. El encuentro duró pocos minutos y, a continuación, el secretario general del PSOE presidió la reunión de la Ejecutiva Federal en la sede de Ferraz, donde le recibieron entre aplausos por el preacuerdo alcanzado con ERC para investir como presidente de la Generalitat catalana a Salvador Illa.

El encuentro con Marga Prohens, que se retrasó más allá de las 21 horas en el Consolat de Mar y en plena guerra entre los dos gobiernos, puso fin a la jornada. La cita, la primera que mantienen desde que la líder del PP balear asumió el cargo hace poco más de un año, llegó como colofón de una intensa y dura jornada para el presidente. Hasta entonces solamente la había llamado por teléfono en una ocasión, cuando murieron cuatro personas tras el derrumbe de la terraza del Medusa Beach de s'Arenal. Puede que conocerse mejor en persona ayude a frenar la espiral conflictiva en la que se han instalado sus gobiernos, pero se les ve a gusto en ese papel.

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