Un día soleado de fin de semana cualquiera. Cerrar los ojos y pensar en S'Estalella hasta recuperar la ilusión y las ganas de hacer planes. Durante años, ha sido uno de los recursos predominantes para la infinidad de mallorquines que ha tenido la suerte de visitar, veranear o sencillamente disfrutar de esta mágica zona de la costa de Llucmajor, en Mallorca. La finca guarda en su interior toda esa magia; pero nada es para siempre. A pesar de los hercúleos esfuerzos por protegerla a ella y a su entorno, la propiedad de S'Estalella se rinde ante la evidencia y decide vallarla para garantizar su preservación. La crónica de una muerte anunciada en la que pierden la batalla todos aquellos ciudadanos, excursionistas, turistas, técnicos y visitantes que han hecho lo posible por comportarse debidamente en una zona de tal vulnerabilidad a la par que interés y encanto natural. Otros no han hecho lo mismo.
El origen de una de las fincas más populares de Baleares
La emblemática finca data del siglo XIII y su primer poblador fue Ramón de Stella, que acabó por transmitirla de generación en generación. Tras el fin de la reconquista, se convirtió en un combatido rincón entre piratas y pescadores, época en la que se construye la Torre de S'Estalella, fechada en 1577 con el objetivo de defender el idílico paraje.
En el siglo XVIII, la familia propietaria de S'Estalella se compromete a velar por su entorno natural e implicarse en su protección, incluso tras la construcción del núcleo urbano de S'Estanyol de Migjorn. Llegaron los contrabandistas y también los hoteleros, pero la familia se mantuvo firme en su protección y no se dejó tentar por las suculentas ofertas económicas. La histórica movilización de 1990 en la que miles de personas apoyaron a los dueños para protegerla de la construcción de una central de carbón, da buena muestra de ello.
La época moderna, el principio del fin
En 2021, año en el que la familia inicia el proyecto de vallado, los propietarios están preocupados por la zona. Los excursionistas y visitantes son constantes y es imposible lograr que el 100% tenga el comportamiento deseado. Se aparcan coches en la arena, se deja suciedad en las zonas protegidas; el miedo a perder la calidad de la zona, crece.
Estos son algunos ejemplos de residuos abandonados en la costa:
En enero, se toma la decisión de cerrar para las autocaravanas el acceso al litoral de S'Estanyol y bloquear el camino de S'Estalella, se lleva a cabo con la colocación de unas rocas que cortan el paso a los vehículos grandes, permitiéndolo a peatones y ciclistas.
En agosto de 2022, la familia obtiene la confirmación que necesitaba, los actos vandálicos que se producen indignan a todos el núcleo de S'Estalella y Sa Ràpita. El patrimonio marítimo de la costa llucmajorera sufre pintadas. Y no es un hecho aislado. En cuestión de semanas, varios grafiteros incívicos actúan en diversos puntos. Por si no fuera suficiente con la degradación natural, el comportamiento de algunos individuos, acelera el proceso.
Incendios, botellones, actos vandálicos e incívicos; todo ello crea un coctel molotov perjudicial para la conservación de la zona, se dinamitan las posibilidades de protección en cada acto incívico. A pesar del amor que sienten por el área y su interés constante en compartirla, los propietarios tienen clara su decisión. Su idea de S'Estalella era muy distinta a la que tenían en la actualidad. Para ellos, la filosofía de convivencia y respeto por el entorno natural y su historia, había sido siempre un 'must'. De hecho, las históricas casitas de pescadores fueron reconvertidas para ofrecer alquileres temporales de media a larga estancia, evitando así el entrar y salir de decenas de turistas que habrían acabado incluso antes con los ecosistemas.
De hecho se trata del primer alojamiento 100% sostenible que se crea en Mallorca. Todo funciona con energías renovables y las placas solares aportan lo necesario; además de conseguir unas emisiones de CO2 muy reducidas. Ese encanto ecológico, combinado con la belleza de la zona, hace irresistible el alquiler vacacional, y a pesar de la infinita oferta que recibirían por hacerlo en corto plazo, se mantiene a más de 32 días de alquiler mínimo.
El próximo lunes se iniciará el proceso de vallado, que también se hará de la forma más natural y respetuosa posible. Además, se podrá seguir accediendo a la preciosa costa desde el exterior y sin atravesar los bosques internos de la finca, de más de 400 hectáreas. Las rutas de senderismo oficiales que existen en la zona, se mantendrán; aunque se limitaran, obligando a los que quieran disfrutar de S'Estalella a seguir sus caminos.
A pesar de la tristeza, el cierre de la finca no ha creado polémica sobre todo porque los amantes de este rincón conocen bien lo que ocurre. Esta es, por ejemplo, una de las últimas muestras, hace tan sólo una semana:
Así ha quedado el pobre árbol singular:
S'Estalella es, hoy en día, un Área Natural de Especial Interés (ANEI) y está integrada en la Red Natura 2000 con diversas figuras proteccionistas pero la presión humana ha podido con el sueño. A nadie le gusta que cierren fincas, más aún sin han permitido una combinación de lo público y lo privado tan beneficiosa, aunque en el caso de S'Estalella, muchos creen que era estrictamente necesario. Seguir poniendo en riesgo un patrimonio de tal calibre podría haberse vuelto más aún en nuestra contra. Aquello que llaman morir de éxito.