El vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Hacienda e Innovación, Antoni Costa, ha calificado este martes de «vergonzosa» la oposición que practica el PSIB, a quienes ha augurado «muchos años en la oposición». En el debate de las preguntas de control al Ejecutivo en el pleno del Parlament de este martes, Costa ha tenido que responder a varias preguntas sobre el decreto de simplificación, que se tiene que validar a lo largo de la jornada, aunque la cuestión se ha visto empañada por el tono de algunas de las intervenciones.
El conseller ha lamentado el tono empleado por la diputada del PSIB Mercedes Garrido, que ha acusado al Govern de introducir en el decreto de simplificación cambios en la ley de urbanismo para beneficiar a una veintena de negocios en Campos y tapar irregularidades. Costa ha asegurado que la diputada está diciendo «barbaridades» y de «no saber lo que están diciendo».
En otro momento del debate, dirigiéndose al diputado socialista Carles Bona, que ha introducido la cuestión de los aparcamientos en suelo rústico, el vicepresidente ha defendido el decreto de simplificación para acabar con «ocho años de paralización». Costa ha recordado que la posibilidad de que los ayuntamientos habiliten aparcamientos en suelo rústico es temporal y para combatir la congestión. Según el conseller, como sucede con las regularizaciones en rústico, son los propios alcaldes socialistas los que están pidiendo estas medidas.
«Vienen aquí a criticar y sus alcaldes no están pidiendo estas medidas», ha añadido. Bona ha asegurado que se harán aparcamientos sin ningún plan de movilidad y sin garantías de que no haya contaminación del suelo.
En otro momento, el conseller ha pedido al diputado del PSIB Marc Pons por referirse al decreto de simplificación como 'decreto del Medusa Beach', aunque el socialista solo ha respondido que si no le gusta así lo puede renombrar de otra manera. Para Costa, la referencia a una tragedia en la que perdieron la vida cuatro personas fue indigna. Para el socialista, el decrto es «un coladero» para introducir en suelo rústico todo lo que se puede hacer en suelo urbano en beneficio de intereses particulares.