Cuando Ruth y Gian abandonaron su Brasil natal para tener una vida mejor nunca imaginaron que iban a sufrir tantas dificultades para acceder a una vivienda de alquiler en la isla de Ibiza. La pareja, junto a sus tres hijos menores, se ha visto obligada a dormir en la calle dos noches seguidas y no descarta tener que volver a hacerlo de no encontrar un piso a un precio razonable.
Mientras que el padre de familia llegó a la isla el pasado mes de julio para trabajar, Ruth y sus hijos se desplazaron a Ibiza en diciembre. Al principio, consiguieron un alojamiento del que ahora se han tenido que marchar. Después de permanecer dos noches en la calle, los servicios sociales del Ayuntamiento de Eivissa les remitieron a un establecimiento hotelero de la ciudad, aunque sólo por pocos días.
Ante esta situación, los amigos de Ruth y Gian -ambos con trabajo- han difundido a través de las redes sociales desesperadas peticiones de ayuda. Si no es posible encontrar un alojamiento para toda la familia, solicitan por lo menos una habitación para ella y sus hijos puesto que el mayor temor de la pareja es que se les retire la custodia de los niños. «Estamos viviendo una amarga situación», comenta ella.
La familia lleva semanas buscando un alquiler razonable sin haber conseguido nada hasta el momento: «Nos piden siempre más de 3.000 euros o 4.000. Es muy caro».
Conscientes de que en Ibiza muchas personas están sufriendo un problema parecido con el tema de la vivienda, Ruth reconoce que, una vez deban abandonar el hostal, no sabe qué va a pasar con ellos. «Tenemos esperanzas de que, por lo menos, encontraremos algo para dormir y pasar las noches», insiste.
«Toda la familia está triste. Tenemos ansiedad por la situación. Es todo muy complicado y psicológicamente nos sentimos cansados. Nunca nos imaginamos antes de venir que esto nos podía pasar. Nos trasladamos pensando que la situación aquí sería mejor que en Brasil y que íbamos a tener una vida mejor, pero nunca nos imaginamos esto», lamenta Ruth.
La primera noche en la calle la pasaron cerca de una plaza de Vila. Ella y su marido fuera y sus hijos en el coche. La segunda noche escogieron la localidad de Jesús, donde saben que otras personas en una situación similar pernoctan también.
«Pasamos un poco de miedo. No dormimos nada y para comer tuvimos que improvisar y comprar comida hecha», recuerda.
Ruth aprovecha para realizar un llamamiento y poder conseguir un techo bajo el que cobijar a sus hijos. Según reconoce, todavía mantiene cierta esperanza.
El drama de esta familia brasileña se suma al caso de Abraham y los suyos, a quienes Cáritas Ibiza ha alojado en un piso de emergencia social de tres habitaciones después de que tuvieran que abandonar el hostal en el que han permanecido estos últimos meses en Santa Eulària.
Desde febrero, cuando estos vecinos tuvieron que abandonar el piso en el que llevaban viviendo tres años, han estado alojados en dos hostales de la localidad. Primero en un establecimiento de Es Canar y después durante tres días en el Hotel Duquesa Playa. Ambos alojamientos fueron pagados por el Ayuntamiento de Santa Eulària como solución habitacional temporal. Esta familia, según los propios afectados, lleva meses intentando encontrar una vivienda asequible para empezar desde cero en un nuevo hogar. Según afirmó el matrimonio esta misma semana, es «imposible encontrar en Ibiza un alquiler que podamos asumir».