Klaudia se encuentra a las puertas del Hotel Cosmopolitan, ubicado en Playa de Palma, sonriendo a pesar de la situación de muchos de sus compatriotas. Está contenta porque la quiebra de FTI no ha afectado a sus vacaciones actuales aunque sí lo hará en las futuras. Pensaba viajar con su madre en agosto, de nuevo a la zona de alemanes por excelencia, y pagó la reserva, a través de FTI, para pasar una semana en el Iberostar Cristina; otro de los establecimientos con afectados por el turoperador en concurso de acreedores.
«Sé que voy a perder la reserva, pagué por adelantado 300€ para bloquear una semana de viaje en agosto; tendré que reclamar luego al seguro y a saber lo que tardan en devolverme el dinero», nos explica resignada. Al menos estas vacaciones decidió organizárselas de forma independiente, aunque las pasa con un ojo puesto en las noticias. «Es un tema importante, ayer noche vimos bastante tumulto, no hay turistas enfadados pero sí preocupados; algunos se quedaron incluso sin el transfer que les llevaba al aeropuerto y tuvieron que pagárselo ellos mismos; son cosas que ya tenían pagadas y con las que ya no pueden contar por la quiebra», describe.
En el Bordoy Cosmopolitan, donde se aloja, hay una decena de afectados. «Han llegado esta mañana y se han encontrado con tener que pagar una estancia que ya tenían pagada». Una situación desagradable para los que vienen dispuestos a olvidar sus preocupaciones. Muchos llevan el dinero que quieren gastar en las vacaciones en efectivo y han tenido que realizar pagos de entre 2000€ y 3000€; lo que les había costado el paquete vacacional que, repentinamente, se esfuma ante las recepciones de los establecimientos que les reciben.
No es lo que le ha ocurrido a todo el mundo. Localizamos otra pareja a las puertas del mismo hotel: «Estamos tranquilos y bien, aún no sabemos nada, sólo que nos están gestionando las vueltas, de momento no hay problema», nos dicen. Aunque según los propios trabajadores del establecimiento ha sido un jarro de agua fría. La dirección del establecimiento nos dice que ya están bastante preocupados y que prefieren no molestarles más. Klaudia, originaria de Frankfurt, nos explica que uno de los grandes problemas es que las aseguradoras no están respondiendo a todo el mundo «porque si no cogías todo el paquete vacacional y por ejemplo, contratabas el hotel por tu cuenta, el seguro ya no te cubre lo ocurrido».
Los seguros y la inseguridad
En Iberostar Cristina, alguno de los afectados son familias jóvenes con hijos. Mantienen la calma. Llegaron el viernes y dicen que no han tenido que pagar por su estancia y que se les ha respetado la reserva. Ha ocurrido con la mayoría de los que llegaron antes del comunicado del lunes en el que la empresa anunció la quiebra.
Es el caso de Erwin y Karin Wetterich, quienes antes de volar hacia la Isla se habían enterado de la mala noticia, tampoco dudaron un segundo en seguir con sus planes. «Todo ha ido como siempre; hemos recibido el bono para el traslado en el mostrador y vamos para el autobús con la idea de pasar diez días en Mallorca», aseguraba ella en la terminal. «Existe un seguro para este tipo de casos, no tenemos que preocuparnos por esto», apostillaba Erwin.
«Nosotros pagamos el taxi para llegar al hotel y poco más, lo demás lo han respetado», cuenta otra pareja joven que lleva ya unos días disfrutando de Playa de Palma. En la entrada de uno de los hoteles de la cadena BQ, colaboradores de FTI, su amable recepcionista nos explica que el estado de ánimo de los turistas varía en base al momento en el que se han encontrado la noticia: «A los que ya están a punto de irse no les ha afectado casi nada porque han respetado las estancias, los que llegan a posteriori ya vienen sabiendo que tendrán que pagar por sus vacaciones; el mayor problema reside en los que se están encontrando la noticia nada más llegar al aeropuerto o al hotel» apostilla.