Este fin de semana, más el sábado que el viernes, abre Pastelería Ángel, de Ángel Cortés, completamente remozada y ampliada a costa del restaurante El Bula.
¿Que por qué el cambio? Ángel, a quien encontramos encaramado en una escalera con el rodillo en la mano en la zona que fue El Bula, nos lo explica: «En primer lugar, porque como a diario cierran muchas pastelerías, gran parte de los clientes de estas vienen a nosotros, por lo que no dábamos a basto y se formaban largas colas. Ahora, con la reforma, esto no ocurrirá, sino que todo el mundo que venga se sentirá muy cómodo. Incluso en el local, más o menos donde estaba el restaurante, habrá un bar en el que se servirán desayunos, bocadillos...».
Esa es solo una de las razones, porque hay otra. Y es que un restaurante que funcionaba bien, no se cierra así como así.
Las causas de los cambios
«Hemos cerrado el restaurante a beneficio de la pastelería, sobre todo por el espacio que gana esta, tras meditarlo cerca de dos años. Y es que viendo que cada vez es más difícil adaptarse a las normas laborales que impone el Gobierno, entre ellas la reducción de la jornada laboral a 36,5 horas a la semana y encima sin horas extras, gestionar un negocio con un horario así no es fácil, sino todo lo contrario: muy complicado. Tanto que a la larga tendrá que ser el cliente quién se tenga que adaptar a las normas del establecimiento, que es todo lo contrario a lo que venía ocurriendo hasta ahora, que era el establecimiento quién se adaptaba al cliente. Es decir antes, sin ese horario tan restringido, si el cliente llegaba tarde a cenar, se podía alargar el horario a fin de atenderle. Ahora ya no puede ser así». Y en cuanto al personal que tenía entre ambos negocios, Ángel asegura que «he podido mantener a toda la plantilla que tenía». Por lo tanto, ¡adiós El Bula y bienvenida Pastelería Ángel!
Por cierto, el horario de atención al público será de siete de la mañana a diez de la noche, «aunque desde las cinco la gente del obrador estará trabajando, haciendo el pan, los pasteles, las ensaimadas... También hay que decir –apostilla– que nuestra clientela tendrá a su disposición la terraza, frente al local».
Ante grandes crisis...
Emilio San Rafael es empresario. Antes de la COVID-19 tenía una empresa de equipamientos de hostelería. Y desde la pandemia hasta hoy tiene otras tres: una agencia de viajes on line, «que llevamos entre mi mujer y yo, especializada en viajes al Caribe»; la productora y estudio de música Alpha Music Palma, ambas funcionando divinamente; y desde el pasado 13 de mayo una barbería con dos barberos y un estudio de tatuajes al frente del cual está su hermano, conocido como Insúa Tattoo, más otros dos tatuadores. «Un local –añade– preparado para hacer ocho tatuajes a la vez, que como digo, inauguramos hace menos de dos semanas y que está tenido mucha aceptación». Nos llama la atención que precisamente en la misma zona en la que está su negocio, llamado FVCK-INK, también hay media docena de barberías y un par de locales de tatuajes. Y encima monta su barbería-estudio en tiempos poco apropiados para abrir negocios....
«Pues sí, así es. Pero tampoco eran muy apropiados los tiempos post COVID y abrí dos, que están funcionando muy bien. Pues no me quejo y es que, ¿sabéis?, me aplico un dicho chino. Ese que dice que ‘a tiempos de crisis, grandes oportunidades'. Y pues que, además, lo monto invitando a los mejores influencers de este país y algún que otro personaje de la televisión. Y lo hago todo con calidad. Basta con ver cómo son las instalaciones, el mobiliario, las herramientas, la decoración... O la pantalla interactiva gigante, la más grande de Palma, en la que mientras esperas a ser atendido puedes ver a nuestros profesionales actuando, la variedad de tatuajes que hacemos... Y lo más importante de todo, que quien viene sabe que es un lugar exclusivo, pero adaptado al bolsillo de la gente joven. Además, cada mes hacemos un día de tatuajes a 20 euros, tatuajes que pueden ser un nombre, una fecha, un perro si es pequeño, una flor... Y como también vienen menores de edad a tatuarse, siempre –matiza– acompañados por su padres, estos al ver que tenemos barbería pues incluso aprovechan para hacerse un corte. O viceversa, padres que se vienen a arreglar el pelo y se enteran de que hacemos tatuajes a chavales con el consentimiento paterno. Y hay otros que acompañan a sus hijos y también se acaban tatuando ellos. Créanme, no inventamos nada, solo aplicamos aquello de que ‘con fuerza e ilusión se puede llegar lejos'. Incluso en tiempos difíciles, como los de ahora donde, en vez de replegarnos, optamos por el crecimiento y la diversificación».
Por cierto, Emilio es el padre del joven cantante y compositor J. Prince, que el pasado lunes superó con éxito la segunda prueba de Factor X, un chico con mucho futuro en el mundo de la canción que además compone, toca el piano y la guitarra, habla inglés y que, como nos contaba el otro día, lleva sobre sus espaldas el peso de Alpha Music Palma, «pero en eso –apostilla Andrés–, todo el mérito es de él».