Juan Antonio Escandell, popularmente conocido como Morales, ha fallecido este martes debido a complicaciones en su delicado estado de salud. Habitual en las calles del municipio de Ibiza, Morales se convirtió en uno de los personajes imprescindibles del paisaje ibicenco, subido en su bicicleta con su cuerpo esquelético o habitando su chabola al final del puerto de Ibiza.
«Soy un superviviente», declaraba a Periódico de Ibiza y Formentera en una entrevista en 2022 respecto a su etapa como drogodependiente. «Yo he sido en mi vida es toxicómano, puro y duro. Soy yonki y no me cuesta reconocerlo», señaló. Una etapa que abandonó hace dos décadas, «cuando estuve pagando la penúltima condena de cuatro años me dije ‘engánchate a la vida' y no me volví a meter nada más».
«No sé dónde nací», reconocía en la entrevista concedida a este rotativo, en la que afirmó que «se me aparecieron dos ángeles, José y María, que me criaron en sa Penya, me dieron una educación y fueron mis padres».
Un comentario popular entre quienes le conocían era que Morales tenía más vidas que un gato. «Me han dado por muerto cinco veces», reconocía él mismo hace dos años mientras afirmaba que «no tengo miedo a morir; lo que me asusta es sufrir». Ha tenido que ser a la sexta y, según cuentan, «ayer mismo en Can Misses estaba liando una de las suyas en la librería», por lo que es presumible que se librara de su mayor temor y, a la sexta, Morales se haya marchado en paz.