El concepto de gimnasio o centro deportivo tradicional ha evolucionado hacia diferentes modelos en función de la demanda de los clientes y más allá de lo que se oferta en las instalaciones de titularidad pública, que ponen sobre la mesa el escenario tradicional, con máquinas y equipamientos que permiten realizar una práctica básica o desarrollada con unos medios esenciales, aunque cada vez de mayor calidad dada la competencia que suponen las empresas privadas.
En Mallorca, la oferta resulta variada a interminable, desde los citados recintos municipales o gestionados por instituciones públicas hasta unos perfiles que, dada también la alta cifra de ciudadanos extranjeros, se amoldan también a sus costumbres, hábitos o perfiles sociales dentro de un segmento de negocio que ha evolucionado a la vez que lo hace el culto al cuerpo o la necesidad de cuidar la imagen. A la oferta de máquinas se suman actividades dirigidas o servicios paralelos como piscinas, spas o fisioterapia y masajes que elevan la calidad del producto y la experiencia.
Desde el gimnasio tradicional, con una zona de trabajo y vestuarios, que se asienta en las ciudades, crece en la Part Forana y conserva su cuota de mercado, han evolucionado otros modelos que parten de esa base. Como los gimnasios 'low cost', con servicios más limitados, acordes a su precio más asequible. O aquellos que permiten acceder a la sala durante las 24 horas del día, amoldados a perfiles profesionales con unos horarios fuera de lo corriente. También los hay exclusivos para mujeres, focalizando sus servicios hacia ese segmento de público que reclama un lugar propio.
Pero también, y a raíz de la pandemia, las actividades al aire libre han ganado terreno, pese a que algunas se realizan por libre y en espacios públicos como las zonas de calistenia. El crecimiento de fenómenos como el del CrossFit ha hecho que numerosos gimnasios o salas -especialmente en áreas como polígonos industriales- hayan ganado terreno y espacio a los tradicionales, de la misma manera que otros perfiles más selectos, como los gimnasios 'boutique', con una atención más personalizada e individualizada -también presente en los convencionales y grandes centros deportivos- a los que se suman otros servicios como cafetería o spa.
La seguridad de contar con profesionales titulados y preparados es el principal aval de esos centros deportivos, cuya importancia dentro del paisaje de ciudades y pueblos se ha visto reflejada en una cifra que podría superar los 300 en Baleares, según fuentes de la Associació Empresarial d'Instal.lacions Esportives de les Illes Balears, muchos de ellos fuera del control de esta entidad y otras vinculadas como el COLEF.