Algunos de los afectados por la quiebra de los centros de estética Ideal en Mallorca han revivido estos días la pesadilla de inicios de año, cuando dos de esos establecimientos, ubicados en la calle General Riera de Palma y en el centro comercial FAN Mallorca Shopping bajaron la persiana. Ahora, lo ha hecho el único vinculado a Ideal que permanecía abierto en Mallorca (ubicado en Porto Pi), que no era propio de la empresa en quiebra, sino franquiciado a través de la marca Blumed y que se convirtió en la gran esperanza de los clientes para poder redireccionar los tratamientos pendientes.
Algunos de ellos, y otros no vinculados a la quiebra de Ideal, se llevaron una gran sorpresa esta misma semana al acercarse hasta el centro de cuestión, toda vez que tenían cita previa concertada. Al aparecer ante él, vieron cómo la persiana estaba bajada, plasmando un cierre que llegó sin previo aviso por parte de sus responsables. Es más, les ha sorprendido que Blumed no tiene activas ni su página web ni las cuentas en las redes sociales.
«Tenía cita y me he encontrado con las puertas cerradas, sin previo aviso», aseguraba una de las afectadas, que lamenta que, como otras más, deberá acudir a Consumo para denunciar estos hechos. De la misma manera, desde la organización de referencia de consumidores en Baleares, Consubal, su presidente, Alfonso Rodríguez, se ha mostrado «sorprendido» al conocer los hechos, ya que desde la asociación asegura que tramitaba cerca de las mitad de las reclamaciones de los casi 400 afectados por la fallida de Ideal.
«Las últimas noticias que teníamos eran positivas, respondían y habían recuperado a clientes tras el cierre de los otros centros», proseguía Rodríguez, quien tiene previsto contactar con la empresa y los afectados para saber si quieren tramitar esas denuncias, lamentando a la vez su indefensión «pues estos centros suelen financiar a gente con pocos recursos, que lo pierde o se siente engañada».
Mientras los centros Blumed han desaparecido de las redes, desde Ideal se traslada una comunicación a los afectados, a quienes se ofrece la posibilidad de dar a conocer su situación a través de un formulario. «Con el propósito de que el cierre de nuestros centros tenga el menor impacto en nuestros clientes, hemos solicitado la colaboración de San Consulting, una consultora independiente, con un amplio conocimiento del sector de las clínicas de medicina estética y de medicina estética avanzada, y que brindará apoyo a todos los pacientes que quieran asegurar la continuidad de sus tratamientos», publica en su web la cadena de establecimientos.
Desde Consubal se recuerda que los afectados tienen derecho al reembolso del importe de los tratamientos que hayan pagado y no vayan a recibir, así como a exigir la cancelación de las posibles financiaciones vinculadas a la paralización de los tratamientos. En caso de que se hayan abonado mediante una financiación bancaria vinculada al contrato firmado con el centro de estética, se debe presentar una reclamación a la entidad bancaria con la que hayan suscrito el préstamo, informándoles del cese de actividad y exigiéndoles la paralización del cobro de los recibos. Les ampara la ley, pero lo cierto es que muchos de los afectados siguen pagando créditos de hasta 2.000 euros a bancos y financieras pese a la cancelación del servicio.