«Mallorca vive una situación dramática con la desaparición de los alquileres de temporada. Hace tiempo que nos avisaban los compañeros de Ibiza y estamos muy asustados porque cada mes los precios van subiendo por la poca oferta que hay. Para alquilar vivienda de larga duración ya hacen falta avales de varios miembros de la unidad familiar y no hay alquileres de temporada. Si ni siquiera se admite ya que los trabajadores estén en autocaravanas, no sé a dónde vamos a llegar. Habrá una ‘Operación barco' que en vez de agua traerá empleados que desembarcarán para ir a trabajar y volverán a pasar la noche». Natalia Bueno, vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, resume en estas palabras la preocupación de los profesionales por la desaparición de los alquileres de temporada en Mallorca.
«Ya era problemático en años anteriores pero este año, con la aprobación de la Ley de vivienda aún hay menos alquileres de temporada a precios razonables. Prácticamente han desaparecido y estamos asustados porque cada mes se disparan los precios de la poca oferta que hay», relata.
La vicepresidenta de los APIs reivindica una mayor flexibilidad en las normativas urbanísticas de los ayuntamientos de Baleares para hacer frente a los nuevos modelos de vivienda. «Tienen que empezar a pensar en proyectos como el coliving. Los técnicos de urbanismo avalan un modelo urbanístico de casa para la clase media-alta, pero es un modelo que ya no da respuesta a a realidad actual», dice. «En Binissalem, por ejemplo hay ahora un movimiento contra la ampliación del polígono industrial y es lógico. La clase alta, que es la que está comprando vivienda, no va a venir a trabajar a un polígono industrial. ¿Qué va a ser la Isla?¿Un sitio de segunda residencia? Esto es una sinrazón», añade.
Natalia Bueno recuerda que Mallorca no es el único territorio con esta problemática pero la insularidad es un problema añadido. «Hace años en Venecia los trabajadores se tuvieron que ir al extrarradio pero qué solución le damos aquí? ¿Haremos una operación barco para dar cabida a los trabajadores?», concluye.
La vicepresidenta de los APIs explica que los últimos cambios normativos que permiten dividir casas grandes en viviendas «solo se aplican en Inca, Calvià y Palma». «¿Cómo puede ser? No se entiende cuando la realidad social es que la gente está viviendo en locales comerciales y proliferan las autocaravanas y las camper», critica. Avisa de que «la mayoría de trabajadores de temporada están dejando de venir, el año pasado muchos restaurantes ya no pudieron abrir y este año vamos por el mismo camino o peor. Los hoteleros que no se han puesto las pilas comprando o alquilando viviendas de larga duración o redistribuyendo sus hoteles para alojar a sus empleados lo tienen muy difícil».
Bueno cuenta que aunque cierren sus establecimientos en invierno, desde hace tres o cuatro años ya hay hoteleros que están pagando alquileres de larga duración en zonas como Playa de Palma y Son Servera, «especialmente para alojar al personal que más cuidan como los chefs». Algunos de esos hoteleros que alquilan son clientes de su inmobiliaria. «Hoteleros que hayan comprado para el personal, yo no tengo ahora mismo pero hay otros compañeros que tienen y está ocurriendo en todas las Islas, incluso en Menorca, donde antes de la pandemia era impensable», lamenta.