El sobrecoste general de la insularidad de Baleares oscila entre el 15 y el 18 %, motivado por el transporte, lo que lleva a desequilibrios y falta de igualdad con los territorios continentales. Así se han expresado este viernesJoana Maria Seguí, catedrática de Geografía en la UIB, y Maurici Ruiz, profesor de Geografía también en la UIB, con motivo del seminario Els reptes de la insularitat: Unió Europea, transports i costos, organizado por la Càtedra de la Insularitat, que ambos dirigen.
Seguí y Ruiz se han referido a la importancia de este tipo de jornadas y seminarios, «pues proporcionan bases de datos para que las decisiones políticas puedan estar bien informadas. Las islas mediterráneas sufren problemas muy parecidos, como el monocultivo económico -principalmente, turístico- y la vulnerabilidad derivada de éste, tal como se vio con la pandemia. También abordamos cuestiones como la obligación de tener unas infraestructuras sobredotadas para atender las puntas de demanda turística, las ocupaciones y los usos del suelo, las transformaciones económicas o la inmigración».
Maurici Ruiz ha destacado que «la singularidad de las islas debería ser objeto de políticas específicas ante la falta de diversificación y los monocultivos económicos que las hacen vulnerables. Hay cuestiones de la insularidad que no son percibidas por la Unión Europea relacionadas con los sobrecostes, los desequilibrios y la falta de igualdad. Por ejemplo, la Unión Europea reconoce la singularidad insular desde el punto de vista medioambiental y de sus ecosistemas, pero debe ir más allá ante las desventajas de la discontinuidad territorial de las islas, sobre todo en un transporte que hace que todo nos cueste más». En este punto, Seguí ha apuntado «la necesidad de sacar el transporte insular de los máximos establecidos para las subvenciones europeas. Esta falta de igualdad nos resta competitividad y un reflejo claro se encuentra en el sector primario, que en el año 2000 representaba el 1,59 % del Producto Interior Bruto balear y ahora es del 0,59 %, básicamente porque se ve obligado a importar más caro».
Sobre la diversificación económica, los directores de la cátedra han señalado que «hace 50 años que hablamos de ella y resulta que el monocultivo turístico se ha intensificado. Es muy difícil que la Unión Europea pueda intervenir en este ámbito, pero la consecuencia del monocultivo turístico es una riqueza mal distribuida».