«La situación del comercio es agónica». Así describe la crisis que padece este sector Mateu Cunill, presidente de la Confederación Balear del Comercio (CBC). Radiografía que es compartida por las patronales del pequeño comercio, Pimeco y Afedeco, y que corroboran los datos facilitados por el Govern: las Islas han perdido casi 5.000 establecimientos comerciales en los últimos 15 años.
Uno de los problemas más graves a los que se enfrentan es la falta de relevo generacional, ya que los hijos no quieren seguir con los negocios por la poca rentabilidad y el elevado número de horas que hay que dedicarle. «Traspasar un negocio es prácticamente imposible», expresa. Otro de los principales caballos de batalla a los que tienen que hacer frente son las plataformas de venta online. Los presidente de Afedeco y Pimeco, Toni Gayà y Carolina Domingo, respectivamente, denuncian que no compiten en igualdad de condiciones.
En este punto, recriminan que las dificultades para acceder a los centros de las ciudades ha motivado que muchos clientes compren a través de internet o vayan a las grandes superficies, en las que tienen aparcamientos gratuitos. La presidenta de Pimeco hace especial hincapié en la necesidad de habilitar párkings públicos. Además, insiste en que se debe mejorar la limpieza y la seguridad de las ciudades. El presidente de Afedeco también recrimina que la excesiva normativa está asfixiando al sector. «Los comerciantes tenemos que cumplir más de 3.500 normativas, mientras que el de internet no cumple ninguna. Es imposible competir con ellos», reprocha.
Medidas
Los representantes de los comerciantes precisan que esta crítica situación por la que atraviesan los comercios no es nueva, pero reconoce que se ha agravado con la pandemia de la COVID-19, ya que las restricciones de movilidad dieron lugar a que muchas personas se acostumbrasen a comprar desde sus casas. El presidente de la Confederación Balear del Comercio destaca que esta legislatura se han comenzado a tomar medidas, esta misma semana han mantenido una reunión, y pone en valor la utilidad de la escuela de comercio y del observatorio. Aunque ve muy difícil que se pueda solucionar la grave crisis que padecen, sí confía en que se pueda mitigar gracias a la observación y al conocimiento real de la situación.