Las plantillas de las empresas presentan una media de edad cada vez mayor, entre otras cosas por las dificultades para rejuvenecerse con nueva mano de obra. Pero el problema no se limita al personal, sino que llega a los despachos de la planta noble. La falta de relevo generacional está siendo un factor decisivo en la venta de empresas en Baleares. Las operaciones de compraventa se incrementaron un 40 % en 2023 con respecto al año anterior y se situaron incluso por encima de las cifras prepandémicas, consideradas ya de por sí elevadas. Hay otros motivos, pero el escaso interés que parecen mostrar los jóvenes locales en asumir el mando de la empresa familiar preocupa. «Nos encontramos con líderes empresariales de mucha edad que no tienen relevo: esto es un problema».
Así lo ha expresado el presidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa (PIMEM), Jordi Mora, quien ha comparecido en compañía de David Roldán, de ONE to ONE Corporate Finance, para analizar la actividad en compraventa de empresas en Baleares el año pasado. A pesar de que este tipo de transacciones debe ser tomado como «un hecho natural y habitual en todas las economías», lo cierto es que la falta de relevo generacional en el liderazgo de las empresas es algo cada vez más perceptible y extensible a todos los sectores, no solo en el primario, el cual venía acaparando desde hace años buena parte de los análisis sobre este problema.
Entre los motivos que alientan ese desinterés, Mora destaca que tomar las riendas de la empresa conlleva «un gran esfuerzo y en muchas ocasiones la puesta en riesgo del patrimonio familiar». En cualquier caso, opina que la sociedad actual adolece de «una verdadera cultura de valores» que incentive la preocupación por continuar la saga empresarial de la familia entre las nuevas generaciones.
Considerado como «el año de la recuperación de la actividad transaccional en el mercado balear», el 2023 ha sido especialmente convulso en operaciones protagonizadas por el sector inmobiliario y el hotelero, que aglutinan hasta el 30 % de las operaciones (de hecho, más del 90 % de las operaciones inmobiliarias se corresponde con la venta de activos hoteleros). Por debajo, aparecen otros sectores como el tecnológico, automoción, farmacología, deporte, alimentación o medicina. Destacan de modo especial -y obviamente en gran parte por su gran número y peso específico en la economía balear- todos los servicios ligados al turismo (restauración, supermercados, agencias de viajes, etc.). Al ser datos de naturaleza privada, ONE to ONE no dispone del montante total de capital invertido en estas transacciones.
Asimismo, el creciente interés de los inversores extranjeros en la compraventa de viviendas en Baleares es extrapolable al ámbito empresarial, especialmente en el caso de los hoteles. «Se ve cada vez más interés de compradores internacionales en el sector turístico», certifica Roldán para añadir que fuera de ese ámbito las operaciones están protagonizadas por una mayoría de inversores locales y nacionales.
Por otra parte, la duración media de estas operaciones es de doce meses, por lo que muchas transacciones de 2023 pudieron empezar a gestarse en 2022 e incluso antes. Operaciones destacadas a lo largo del pasado año fueron la compra de dos hoteles de lujo a un grupo sueco en el casco antiguo de Palma por Amancio Ortega (35 millones de euros); la compra de la división hotelera y las discotecas de Pacha a Trilantic por parte de Five Holding, con sede en Dubai (320 millones de euros); la compra del Hotel Sant Jordi por el Grupo Iberostar (33 millones); la compra de siete hoteles de Meliá por parte de Abu Dhabi Investment Authority; la adquisición de la totalidad de las acciones de Mundigea Vuelos por parte de Ávoris o la adquisición del proveedor de servicios inmobiliarios Demircelik Mallorca por parte de Hierros y Aceros de Mallorca.