Los restauradores de Baleares piden una moratoria y que sólo se puedan abrir nuevos restaurantes si se compran plazas ya existentes. La idea es trasladar la moratoria que existe en el sector hotelero al de la restauración con la finalidad de mejorar la oferta existente. El presidente de Mallorca CAEB Restauración, Alfonso Robledo, explica que este próximo lunes, 15 de abril, se reunirán con el conseller de Turisme, Jaume Bauzà, para abordar este tema.
Robledo argumenta que en el Archipiélago balear hay muchos establecimientos de restauración, se calcula que unos 9.000 bares y restaurantes. La pandemia de la COVID-19 les espetó un duro golpe, que motivó el cierre del 35 %, aproximadamente. Sin embargo, se estima que este porcentaje ya ha abierto, por lo que la cifra inicial se ha recuperado.
Robledo insiste en que el objetivo es mejorar la calidad de los establecimientos de restauración existentes en las Islas, así como garantizar la viabilidad económica de los existentes. A su modo de ver, los excesos no son buenos y se debe controlar el número, al igual que ocurre con los hoteles. Sin embargo, reconoce que no es fácil llevar a cabo esta medida, puesto que las competencias de las licencias de bares y restaurantes son municipales. En este punto, señala que la Ley General Turística podría ser un buen marco para llevar a cabo esta medida, que considera que es muy necesaria para el sector de la restauración en Baleares.
Apuesta por la calidad
El presidente de Mallorca CAEB Restauración subraya que muchos empresarios están apostando ellos mismos por incrementar la calidad de sus negocios. De este modo, en varias zonas de las Islas están proliferando los restaurantes de alta gama. En el caso concreto de Mallorca se trata principalmente del centro de la capital balear, así como destinos turísticos maduros tales como Playa de Palma o las playas de Magaluf y Palmanova. Los precios oscilan entre los 35-40 euros y principalmente se ofrece cocina mediterránea elaborada por productos de kilómetro cero.