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ENTREVISTA A GABRIEL BIBILONI

«Casi todos llevamos siempre los mismos nombres por poner los de los abuelos»

Prolífico como pocos, Bibiloni acaba de publicar ‘Santoral apòcrif. Els sants i la cultura popular', con la vida y milagros de cien santos, editado por Documenta Balear

Gabriel Bibiloni, en una imagen tomada antes de la entrevista. | Jaume Morey

| Palma | |

Gabriel Bibiloni (Pòrtol, Marratxí, 1951), profesor jubilado de Filologia Catalana en la UIB, acaba de publicar Santoral apòcrif. Els sants i la cultura popular, editado por Documenta Balear.

¿Cuál el el origen del libro?
La idea no era hacer un libro. En mi blog, normalmente hablo sobre temas de lengua, pero en 2012 hice un comentario sobre el día de Tots Sants. Posteriormente, hice otros comentarios, siempre en su día, sobre diversos santos que me interesaban hasta que Documenta Balear me propuso hacer un libro sobre ello, así que, una vez revisado y ampliado el material, lo he publicado.

¿Y cuál es el objetivo?
Mostrar las relaciones entre los santos y los elementos de cultura popular, sobre todo de Mallorca. El libro está dividido en 120 capítulos, de los que 100 están dedicados a santos, los más importantes y populares en la Isla, y los 20 restantes a las fiestas. Es un libro de divulgación de la vida y milagros de los santos, pero en un tono lúdico e irónico para hacerlo más accesible.

De los santos vienen nombres, fiestas...
Sí, el libro habla de antroponimia, toponimia y refranes, expresiones y palabras que surgen del santoral. Con la excepción de los jóvenes actuales, en Mallorca casi todos llevamos nombres de santos porque el Concilio de Trento, en el siglo XVI, así lo impuso. Lo curioso es que en Balers el número de nombres del santoral es muy reducido. Casi siempre son los mismos por la costumbre de poner los nombres de los abuelos, mientras que en Catalunya o el País Valencià son mucho más amplios y variados. Y los santos también dan nombre a municipios, con Eivissa como claro ejemplo. Volviendo a la antroponimia, es curioso el caso de Praxedis. No era muy habitual, pero existía. Su derivación, a la hora de pronunciarlo, en Pixedis o Pixeris, hasta convertirlo casi en malsonante, ha provocado su práctica desaparición.

¿En cuanto a las expresiones?
Hay muchas relacionadas con la religión: passar un calvari, plorar com una Magdalena, estar fet un Llàtzer. El cristianismo ha marcado la lengua: adéu, si Déu vol, gràcies a Déu o Mare de Déu! Otras expresiones vienen de la misa: perdre l'oremus, esser un reverteri -estar muy delgado- o esser un anima mea -no tener personalidad-. Los santos también determinan el calendario de cosas que pasan o se tienen que hacer: Per Sant Pere, enrevolta la figuera, o Per Sant Mateu, verema tot déu. Otras expresiones están desapareciendo, como decir Ave Maria Purissima al entrar en una casa, Déu vos guard o Al cel sia.

Todos celebramos las fiestas patronales, seamos creyentes o no.
Porque una cosa son las creencias y otra, la cultura. En los años 1969 y 1970, la Iglesia cambió los días de algunos santos. Por ejemplo, Sant Gabriel era el 24 de marzo, Sant Rafel era era el 24 de octubre y Sant Miquel, el 29 de septiembre. Pues bien, la Iglesia decidió reunir estos tres arcángeles en el día de Sant Miquel. Algunos pueblos que veneran a Sant Gabriel y Sant Rafel mantienen la fecha antigua de celebración. Esos días desplazados también afectan al refranero. El 24 de febrero era Sant Macià: Per Sant Macià, l'oronella ve i el tord se'n va. Cambiaron Sant Macià a julio y ese refrán ha perdido todo su sentido. También trasladaron Sant Tomàs, que era el 21 de diciembre: Ets más curt que Sant Tomàs, en referencia a que es el día -horas de sol- más corto del año. Pasaron la fiesta también a julio e, igualmente, ha perdido todo su sentido.

¿Qué santos son los más populares en Mallorca?
Diría que Sant Antoni y Sant Joan, uno de invierno y otro de verano. Curiosamente, Sant Antoni y Sant Francesc, dos santos muy populares, son patronos en muy pocos lugares.

El Ajuntament de Calvià recupera la forma ‘Santa Ponsa', que también procede de un santo.
Sí, viene del mozárabe Santo Ponço -Sant Ponç en catalán o San Poncio en castellano-. Santo Ponço era la adaptación mozárabe del latín precatalán. Con la llegada de Jaume I, los conquistadores catalanes pronunciaron como Santa Ponça ese Santo Ponço mozárabe. Fuera de santos, la forma Santa Ponsa incumple la Llei de Normalització, que sólo reconoce para los topónimos la forma oficial catalana. Estas cosas ocurren por no saber nada de etimología o por querer crear un conflicto. Las o de Santo Ponço son las mismas que encontramos en Muro o Campos.

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