En un momento de máxima tensión internacional por las amenazas de una guerra nuclear entre Rusia y la OTAN, y con una escalada en el Mediterráneo tras la invasión israelí de la franja de Gaza, la base naval de Maó se ha convertido en el tercer puerto de la Alianza Atlántica, por detrás de Rota y Cartagena. Las fuentes de la Armada de palma consultadas este viernes mostraron su sorpresa por la decisión del Gobierno de Sánchez. Desde el ejecutivo de Marga Prohens tampoco sabían nada: «Nos hemos enterado por la prensa».
Menorca ha sido elegida como tercera base española de apoyo logístico para la flota de la OTAN en el Mediterráneo por su especial interés estratégico, al tratarse del punto más oriental de Baleares. La decisión, según ha informado el periódico El País, fue tomada por el Gobierno central en el mes de abril pasado.
Más grande que Porto Pi
Otra candidata podía ser la base naval de Porto Pi, en el puerto de Palma, que ya ha acogido ejercicios de la Alianza Atlántica con flotillas de hasta quince buques de guerra. Sin embargo, la base de Maó es de mayores dimensiones y está reforzada por una serie de subterráneos e instalaciones militares idóneas. España aporta a la OTAN un submarino, un avión de vigilancia, una fragata, un buque de aprovisionamiento y una patrullera.
Las flotillas de la Alianza Atlántica empezaron en 2016 la operación Sea Guardian. Es la heredera de la Active Endeavour, iniciada por la OTAN tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono en EE.UU. Entre los objetivos de la operación se encuentran garantizar la libertad de circulación en el Mediterráneo, prevenir la siembra de minas, el contrabando de equipos susceptibles de ser utilizados para la producción de armas de destrucción masiva, o actos de piratería como los que se producen en el golfo de Guinea o el Cuerno de África. Ahora se suma el peligro de los ataques de los hutíes en el Mar Rojo.