La secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo, aseguró que desde el Gobierno central se está trabajando en articular iniciativas para paliar la falta de mano de obra que padece el sector turístico mediante la formación de personas que se encuentran actualmente en el paro, así como la apuesta por potenciar los cursos para trabajadores del propio sector que se encuentran en activo.
«Estamos estudiando cómo lo hacemos para que gente desempleada se forme y obtenga las competencias necesarias para trabajar en turismo», señaló la secretaria de Estado para añadir que existe un precedente reciente en el ámbito europeo con un proyecto especial para capacidades técnicas de ingeniería en la UE. «Creo que esto sería replicable en el mundo del turismo», apuntó al tiempo que subrayaba que esta sería una línea de trabajo prioritaria y preferible al posible trasvase de mano de obra procedente de otros países, aunque observó que, en todo caso, eso es competencia del Ministerio de Trabajo.
Así lo precisó Morillo tras una reunión con el Govern y el delegado de Gobierno, Alfonso Rodríguez, para tratar varias cuestiones vinculadas con el sector, entre ellas la de los fondos europeos. Ante el conseller de Turisme, Cultura i Esport, Jaume Bauzà, y del director general de Turisme, Josep Aloy, la secretaria de Estado aseguró su «apoyo total» al Ejecutivo balear para que las Islas «no desaprovechen» ni uno de los 270 millones de euros procedentes de Europa para la mejora de la competitividad en materia turística. Especialmente, porque las actuaciones que se ejecutan con este dinero forman parte de «un proyecto de país».
Asimismo, Morillo expresó su esperanza en que los proyectos consignados con la partida de 60 millones anunciada este año por el Govern se ejecuten a tiempo y no sea necesario pedir más prórrogas. «Confiamos en no tener que pedirlas», señaló para recordar que, en todo caso, es la Comisión Europea quien tiene «la última palabra».
El Govern expresó el pasado febrero su preocupación por que los plazos marcados para la ejecución de los proyectos -finales de este año como límite- sean insuficientes para garantizar que estas actuaciones llegan a buen puerto. Bauzà hizo hincapié en la necesidad de acelerar al máximo posible el proceso, por lo que ninguno de estos proyectos puede ser especialmente ambicioso: se trataría, más bien, de «pequeñas actuaciones de cirugía» en las zonas turísticas de cada municipio.
«Le hemos transmitido nuestra inquietud con este tema», indicó el conseller para recordar que precisamente por ello han solicitado que se prolongue el plazo previsto hasta el segundo semestre de 2026. Morillo se comprometió a dar «todo el apoyo necesario».