El comedor social SOS Mamás ha cerrado sus puerta desde ayer por orden del área de Urbanisme, del Ajutament de Palma, después de que los técnicos comprobaran que la cocina no cuenta con un sistema de extracción que se ajuste a la normativa municipal. Esta paralización ha supuesto que dejen de atender en el local entre 30 y 40 familias vulnerables a diario.
«Repartimos comida a más de 9.000 personas al mes, la mayoría familias con niños. El Ajuntament no nos ha facilitado nada, ni nos ha ayudado», lamenta la presidenta y fundadora, Ascen Maestre, que ayer tuvo que colgar, con mucha pena, un cartel para anunciar el cierre temporal del comedor social. «Si nos viene gente a comer, les diremos que se vayan a la plaza de Cort y se protesten contra el alcalde, Jaime Martínez», mencionó.
Con los nervios a flor de piel, los voluntarios y el resto del equipo de SOS Mamás no saben qué alternativa podrán dar a las familias. Desde hoy, su local solo está autorizado para repartir la cesta básica con los alimentos que tienen donados, pero no podrán preparar platos calientes ni hacer uso de la cocina.
Esta decisión administrativa se inició en noviembre 2022, cuando el Ajuntament registró hasta dos denuncias por parte de particulares que alegaban problemas de olores procedentes del comedor que afectaban a los vecinos, supuestamente. Según han informado a este periódico fuentes el ayuntamiento, la policía acudió al local y detectó que la salida de humos de la cocina no contaba con un sistema de extracción que se ajustara a la normativa.
Ascen Maestre fue notificada de esta infracción en agosto de 2023. Desde SOS Mamás propusieron unos filtros y adjuntaron para ello un plano de la cocina y de la nueva instalación, «avalada por un ingeniero», asegura Ascen. Esta idea, sin embargo, no fue aceptada por Urbanisme.
Tras otra nueva notificación, el 23 de noviembre de 2023, el plazo para pedir alegaciones finalizó el pasado mes de febrero. SOS Mamás recibió un comunicado firme hace tres días: paralización parcial de su actividad en cocina. Las mesas, colocadas desde la noche anterior al aviso, no pudieron llenarse de familias. Dos voluntarios estuvieron durante el día de ayer preparando las bolsas con comida (pasta, latas de tomate, hortaliza, arroz...) para repartir. Mientras, Ascen se llevaba las manos a la cabeza, culpando al equipo de Jaime Martínez de «no hacer las cosas mejor».
El Ajuntament ahora les da la oportunidad de arreglar las deficiencias y notificarlas. Solo así podrán volver a abrir. Arreglarlas significa que deberán adecuar el espacio con un sistema de extracción, es decir una salida de humo que llegue a la cubierta superior.
La Fundación SOS Mamás lleva 13 años repartiendo comida a los más necesitados y dos años con el comedor social. Cada día, elaboraba una cantidad enorme de platos calientes para decenas de familias, entre ellas niños y gente mayor.