El aceite de oliva fue el producto más robado en los supermercados de Baleares entre abril de 2023 y febrero de 2024 al igual que en otras siete comunidades autónomas, según el III informe sobre los hurtos elaborado por la empresa STC. Esta información contrasta con la de productos más robados en supermercados a nivel nacional, una lista encabezada por los licores y que completan el aceite, los embutidos ibéricos, los productos de afeitado y los vinos.
«Si a ir al supermercado te encuentras las botellas de aceite de oliva bajo llave y protegidas al máximo probablemente vivas en Aragón, Andalucía, Castilla La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Madrid, Baleares o Extremadura; las 8 comunidades autónomas en las que el aceite de oliva se roba a mansalva», según el estudio. De hecho, en tan solo un año, el aceite de oliva se ha convertido en el producto más robado en los supermercados de la mitad del país, ocupando la segunda posición en el pódium de los cinco productos que más rápido abandonan las estanterías sin pasar por caja --sólo por detrás de los licores--. «Pero si lo del aceite de oliva no nos pilla por sorpresa -tras unos meses muy convulsos- quizás sí lo haga el saber que el 90% de los robos cometidos en los supermercados españoles se achacan a bandas organizadas y personas reincidentes no profesionales», tal y como destaca STC. Este es uno de los primeros datos extraídos del III Informe de STC; la empresa especializada en la protección de productos en el punto de venta. El estudio, que ya el año pasado nos permitió hacer una radiografía del hurto por comunidades autónomas, refleja cómo la perdida desconocida en los supermercados españoles continua al alza y, con ella, la necesidad imperiosa de encontrar herramientas de protección para disuadir estos hurtos.
«En 2023 el aceite no estaba en el TOP, tan sólo se mencionaba como un producto diferencial en dos comunidades autónomas», según asegura el socio director de STC Nedap, Salvador Cañones, quien ha manifestado que «ahora es el problema principal en 8 de las comunidades». «Como hecho diferencial respecto a otras categorías del TOP, en este caso no se trata de un robo marquista» sino que «se roba por igual el aceite de marcas reconocidas como las marcas blancas», tal y como ha asegurado.
Si en 2023 los licores, el vino y los ibéricos ocupaban el TOP de los productos que se «desvanecían del supermercado sin saber ni cómo ni cuándo»; doce meses después es el aceite de oliva el que desplaza los ibéricos y echa de las primeras posiciones a un clásico: el atún y el bonito. Pero solamente sale de los 5 más buscados «porque sigue estando en la lista particular de desapariciones misteriosas en los supermercados de Cantabria, País Vasco y Ceuta y Melilla, todas ellas con vistas al mar», añade ATC.
Preferencias según Comunidades
Y si las comunidades costeras son más fans de llevarse el atún sin pasar por caja, en el norte gallegos, cántabros y asturianos «no renuncian al pulpo en los supermercados». En Aragón, por su parte, se roban las carnes autóctonas como producto especial; mientras que el queso en cuña es innegociable para castellanos leoneses y andaluces que repiten y lo colocan en su lista particular de sus productos más robados. Cataluña sigue siendo el único lugar donde continúan desapareciendo los berberechos, como top del aperitivo y repiten con los hurtos de cava. En las islas, tanto en Baleares como en Canarias, «nada los aleja de sus productos gourmet y puestos a escoger se llevan sus quesos con D.O y licores autóctonos». «Como nota curiosa la entrada de los encurtidos y ahumados en la lista de productos curiosos más robados en comunidades tan dispares como Navarra y Ceuta y Melilla», añade el estudio.
Productos gourmet
«Es evidente que tenemos un paladar exquisito, incluso para lo robado, con una preferencia clara por lo gourmet», según Cañones, quien ha puntualizado que «podríamos darlo por descontado, pero desde nuestra condición de principal fabricante europeo, encontramos pocas similitudes y bastantes diferencias con el resto de países vecinos de la Unión Europea». Así, ha matizado que «nos asemeja principalmente la atracción por los licores, pero en ningún otro país con excepción de Italia y Portugal se plantearían proteger quesos, atún o café». El estudio interno, que ha tenido en cuenta supermercados ubicados por todo el territorio nacional, no sólo nos actualiza las preferencias por comunidades, también da pistas de lo que sucedería si no se protegieran los productos con medidas antihurto. Y es que el 100% de las cadenas consultadas «están convencidas de que si eliminaran de su tienda los sistemas anti-hurto y dejarán de utilizar collarines o carcasas de policarbonato, entre otras cosas, los robos aumentarían drásticamente según el 70% y más ligeramente para el 30% restante», aseguran desde STC.
De hecho, uno de los datos más reveladores de este III Informe es que los robos se producen en su mayoría por bandas profesionales y organizadas seguidas de personas que reinciden y que utilizan los productos a posteriori para una reventa. «En el hurto subyace una razón y es que alguien lo quiere a coste cero como es el propio ladrón, o bien alguien lo quiere comprar más barato e induce al ladrón a cometer el hurto» apunta Cañones. Según se traduce del estudio, la edad de las personas que perpetran estos hurtos oscila entre los 20 y los 60 años y apenas se producen robos por debajo de esta franja de edad ni por encima. «Y con todo este panorama, no es de extrañar que el consumidor sea permisivo y tolere --en su mayoría-- las medidas anti-robo en el super», añade Cañones. «Y es que es evidente que hay solo dos vías para reducir el impacto de los robos: o tomar medidas para evitarlo o aumentar precios para recuperar el valor de lo hurtado», ha añadido.