La patronal estatal de las empresas de vehículos de transporte con conductor, Unauto-VTC, va a iniciar en breve su andadura en las Islas. La organización está ultimando en estos momentos los detalles de su implantación a nivel balear, un movimiento articulado como medida de defensa «de todos los profesionales del sector» después de que el Parlament aprobará a principios de febrero la ley del taxi y levantara con ello las iras de las patronales estatales, Feneval-VTC y la propia Unauto, quienes amenazaron con acudir a los juzgados para exigir responsabilidades políticas que se podrían traducir en «indemnizaciones millonarias».
El objetivo de Unauto, con representación en el Comité Nacional de Transporte, es poder contar igualmente con representación en el Consell Balear de Transport y tener así voz y voto en las decisiones que afectan directamente al sector en el Archipiélago.
Sus planes pasan por presentar la constitución de su nueva delegación el próximo mes de marzo. Ya llevan semanas de movimientos logísticos a través los que han ido contactando por correo electrónico y redes sociales con diferentes empresas y profesionales del sector, a los que invita a unirse a la patronal al tiempo que les asegura que «defenderá los intereses de cada uno de ustedes, tenga una o diez licencias».
El presidente de Unauto-VTC, José Manuel Berzal, afirma que desde la organización llevan tiempo «trabajando en la estrategia adecuada» para poder entrar en el debate social y empresarial sobre la movilidad en Baleares. Asimismo, asevera que el talante natural de la patronal «es el diálogo», por lo que tiende la mano a Govern y sector del taxi para trabajar en pro del bien común. «Somos una patronal dialogante y nos cuesta tomar decisiones que pasen por la vía judicial: solo recurrimos a ello cuando no nos queda más remedio».
De igual modo, también a las patronales locales -en este caso la Federación Empresarial Balear de Transportes (la FEBT, integrada en CAEB)-, a quien asegura, no pretende suplantar. «No venimos a ocupar el espacio de otros».
Aunque los movimientos de Unauto y Feneval suelen asociarse a los intereses de Uber y Cabify -que ya no forman parte integrante de la primera patronal pese a que sí lo hicieron en el pasado-, Berzal asegura que «trabajamos por igual para el sector del gran turismo que para las plataformas digitales: somos solos interlocutores en representación de los empresarios».
Carta a Prohens
En su misiva a la presidenta del Govern, Berzal y su homólogo en Feneval-VTC, Ignacio Manzano, expresaban a Marga Prohens su «profunda decepción» ante el proceso de regulación del sector. En el escrito, acusan al Ejecutivo de «doblegarse a las exigencias del PSOE y del sector del taxi» para materializar una normativa «diametralmente opuesta al interés general y que únicamente responde al interés de un gremio en particular».
La directora general de Mobilitat, Lorena del Valle, restaba importancia a las quejas de las patronales argumentando su falta de implantación y raigambre en el Archipiélago. Preguntada al respecto por este periódico hace justo dos semanas, Del Valle alegaba que «las patronales estatales que se han dirigido al Govern, Unauto y Feneval, no tienen representación en Baleares a fecha de hoy, aunque sí tengan asociados que operan aquí». Asimismo, la directora general añadía que la patronal representante del sector en las Islas, «no ha puesto ningún problema» a la nueva ley. Unas palabras que parecen haber supuesto el pistoletazo de salida para las maniobras de implantación de Unauto en Balears.
La FEBT marca perfil
La Federación Empresarial Balear del Transporte (FEBT) celebró una asamblea esta semana para marcar perfil y reivindicarse como «patronal de referencia» en las Islas ante la labor de reclutamiento que Unauto-VTC está llevando a cabo entre los profesionales de las Islas. Pese a todo, señalan que la asociación estatal «está en su derecho» si quiere instaurar una delegación en Baleares.
Asimismo, subrayan que nunca ha habido problemas entre taxistas y las VTC tradicionales que operan en las Islas, ambos modelos de transporte que convivido sin problemas -al menos hasta la llegada de Uber- y que se hallan representados en la propia FEBT.