Las gaviotas son sinónimo de ‘ratas voladoras' para muchas personas. Pero más allá de su forma peculiar de molestar a los ciudadanos en busca de comida, desempeñan un extraordinario papel en el ecosistema. Se las llama las ‘ingenieras ecológicas' porque habrían tenido un papel clave en la reforestación de olivos silvestres, más conocidos en mallorquín como ullastres, en sa Dragonera en las últimas décadas.
Un estudio publicado recientemente por Cambio Global de Imedea, con el trabajo principal de la investigadora japonesa Haruko Ando, bajo la supervisión y colaboración de los coautores Anna Traveset, Giacomo Tavecchia y Sandra Hervias, del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats de la UIB (Imedea), revela que estas aves dispersaban semillas de las olivas del ullastres y de olivas comestibles entre las Balears y los islotes de toda la costa valenciana, principalmente.
Estos resultados son posibles, en parte, gracias a las primeras pesquisas que dejó en herencia el biólogo e investigador, profesor de la Universidad de A Coruña, Alejandro Martínez Abraín, que entre 2000 y 2008 observó regurgitados «muy llamativos» en las islas Columbretes. «En una de las prospecciones en las dunas del Delta del Ebro, las semillas regurgitadas transformaban la vegetación, salían ullastres, a diferencia de aquellas semillas que localizaba en piedra de los islotes. Aquel hallazgo era algo más que una simple curiosidad», recuerda. Sus averiguaciones fueron imprescindibles para este estudio.
Haruko Andose es experta en dispersión de semillas del Instituto Nacional de Estudios Medioambientales de Japón. Tras conocer el trabajo de Martínez Abraín, quiso interesarse más por este tema. En verano del 2022, hizo una estancia en Mallorca después de conocer el papel de las gaviotas y la dispersión de semillas en este archipiélago. «Este estudio se inició en sa Dragonera, que poseía entonces la mayor población de gaviota patiamarilla. Nuestro grupo de investigación lleva estudiando las gaviotas desde el año 2007», detalla José Manuel Igual, técnico del Servicio de Ecología de Campo de Imedea y experto en este tema.
El grupo de Imedea, que se dedica a la ecología y demografía animal, lleva estudiando las gaviotas desde el año 2007 con un programa de captura y marcaje individual con anillas especiales con un código que se puede leer a distancia y más tarde, con GPS que nos indican su posición de forma remota. De hecho, según explica Igual, «la idea principal del estudio era saber qué pasaría con esta población tras el cierre del vertedero de Son Reus», pero cuando se toman datos, «se sabe que surgen otras líneas de investigación que se pueden explorar».
Resultados
Para la parte práctica, se utilizaron los individuos que ya había marcados hasta la fecha por el grupo del Imedea. Eran, en total, unas 20 gaviotas marcados con GPS, capturadas en dos sitios principales: en el parque natural de Dragonera y en el patio del CEIP Son Oliva, en Palma.
Se observó que muchas gaviotas se movían entre Dragonera y Mallorca a zonas donde hay cultivos de olivo o acebuches (ullastres) y hacia otros islotes de Mallorca. Se estimó que el 8% de las aceitunas de olivos cultivados que consumen estas aves en Mallorca van a parar a Dragonera.
Según menciona José Manuel Igual, también se pudieron hacer modelos matemáticas para describir, teniendo en cuenta estos viajes y el tiempo que permanecen las semillas en el tracto digestivo y la capacidad de germinación de las mismas, cómo se podían dispersar los olivos silvestres y domésticos entre islas. Teniendo en cuenta que no hay muchos animales que puedan dispersar a gran distancia estas semillas entre islas, se pudo comprobar que la gaviota tiene un papel más importante del que se pensaba.
Así las cosas, el resultado fue que las gaviotas son capaces de transportar semillas de olivos a 12,6 km y de ullastres, a 7,7 km de media. Sin embargo, se estima que la distancia más lejos que realizó una de las 20 gaviotas del estudio fue transportar semillas a 100km, es decir una ruta entre Mallorca e Ibiza. El tiempo de retención está en 34 horas para las olivas domésticas y 31,3 horas para las silvestres.
Reducción de gaviotas
En la última década, el número de gaviotas en sa Dragonera ha disminuido un 80 %. El técnico José Manuel Igual argumenta que entre 1992 y 2015 se detectó un descenso del 47%, de unas 15.000 parejas reproductoras a menos de la mitad. Esta disminución no responde solo al cierre del vertedero de Son Reus, sino también a Ca Na Putxa de Ibiza, recientemente.
«En Dragonera sí conocemos bien esta bajada, porque hacemos una estima anual desde 2007, contando nidos en una parte de la colonia. De más de 5.000 parejas que criaban hace unos 15 años, la población se ha reducido a menos de 1000 parejas en 2023. Por ahora, no se protegen porque partimos de una especie que se consideraba plaga, con superpoblaciones. y se ha regulado al cerrarse sus fuentes de alimento superabundantes. Pero hay que estar vigilantes, pues podría haber otras amenazas que pongan en peligro la a especie»,defiende Igual.