Carles Manera, catedrático de Historia Económica de la Universitat de les Illes Balears e investigador, defiende las políticas económicas socialdemócratas como garantes de la justicia social.
¿Cómo nace este libro y con qué objetivo?
Nace de una serie de jornadas organizadas por Economistas frente a la crisis y pretende sintetizar un conjunto de analisis y propuestas de futuro para contribuir a la consolidación de una década de progreso en España.
El lema central de Economistas frente a la Crisis es «poner la economía al servicio de los ciudadanos». ¿Como se concreta?
El primer lugar, hablando claro. Los economistas solemos ser oscuros cuando no podemos ser profundos. En nuestro caso, intentamos ser profundos y dar mensajes claros con contenido que se traduzcan en políticas públicas. Queremos evitar los discursos bonitos pero vacíos de contenido que suelen darse en nuestra profesión.
Usted milita en el PSOE y ha sido conseller de economía de un gobierno progresista. ¿Hay economistas de izquierda y economistas de derechas?
Sí. La economía no es una ciencia exacta sino social, y la ideología cuenta. De lo que se trata es de ser lo más riguroso y honesto posible y sustentarte en datos y no en supuestos, dogmas o percepciones.
Y tanto unos como otros...¿No corren el riesgo de adaptar las soluciones a la ideología en vez de hacerlo a la inversa?
Se trata de ver los resultados empíricos de las políticas aplicadas, sean liberales o socialdemócratas, y su efecto en el bienestar de las personas, que ha de ser el objetivo principal de la economía. Incluso Adam Smith, un economista liberal, decía que la economía sin justicia social no va a ninguna parte.
Frente a los que prefieren gobiernos pequeños que bajen los impuestos, equilibren las cuentas públicas, reduzcan los déficits y no se endeuden...usted vindica en el libro el gasto y la inversión pública.
Sí, porque genera efectos multiplicadores sobre el tejido privado y, además, se ha demostrado que desde 1945 hasta 2022, que es hasta donde llegan los últimos datos disponibles, la rebaja de impuestos a las rentas más altas genera desigualdad, que es lo que hizo Estados Unidos o Gran Bretaña en los años ochenta con gobiernos conservadores.
También defiende un Estado emprendedor que redireccione la economía, no sólo corrector o facilitador
No debe limitarse a corregir errores del mercado, sino que ha de ser capaz de crear mercados. Es importante que este espíritu emprendedor público sea en colaboración con el sector privado.
¿La izquierda hace suficiente pedagogía de la utilidad de los impuestos?
Seguramente, no. Sería importante que en la declaración de la renta hubiera un epígrafe que indicara «de lo que usted está pagando, esto va para educación, esto va para sanidad», etc. Y lo trasladaría a todos los servicios públicos: cuando alguien se hace una análisis de sangre, sería bueno decirle lo que cuesta. De esta manera la gente valoraría mucho más el sector público.
Gobierne la izquierda o la derecha, la precariedad laboral, la desigualdad las diferencias profundas de renta entre la población siguen ahí. ¿El problema es de quién gobierna o del sistema capitalista?
El problema es de sistema, pero aplicando determinadas políticas se pueden reducir las consecuencias que genera. Con la gran recesión de 2008 se aplicaron medidas de austeridad que generaron más paro, más déficit, más deuda, más precariedad y rescates bancarios. Con la gran reclusión provocada por la pandemia, Europa optó por una gran inversión pública que facilitó una rápida recuperación. Si hubiésemos optado por las mismas soluciones que en 2008, seguramente no habríamos salido de la crisis del Covid a tanta velocidad.
Los empresarios están preocupados con la subida del salario mínimo interprofesional. ¿Hay margen para aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores sin que afecte a la competitividad de las empresas, sobre todo las pymes?
Sí, hay margen y así lo indican los datos sobre la evolución de los beneficios de las empresas. Subir el salario mínimo implica consolidar la capacidad de consumo de la población, y eso impregna toda la economía.
¿Ve conveniente reducir la jornada laboral en Balears?
Contrariamente a lo que se dice, la productividad no es tan baja en Balears como demuestran algunos estudios matemáticos. Sería interesante que explicáramos con claridad cómo calculamos la productividad en una economía de servicios avanzada porque las metodologías que solemos utilizar son para economías industriales.
O sea que la productividad no es el principal problema de la economía balear
En Balears siempre se invocan en negativo la productividad y la competitividad. Y creo que estos dos mantras de baja productividad y baja competitividad se deberían concretar con más datos y más investigaciñon. Se hace dificil pensar que una economía que recibe más de 17 millones de turistas al año, superando a otros destinos, no sea competitiva ni productiva.
¿Cuál es el principal reto de la economía balear?
La emergencia climática. Tenemos una economía turística que depende del clima, el paisaje, el estado del mar y de la atmósfera... Es un tema central y poliédrico con derivadas potentes como la diversificación del tejido productivo, el reto demografico o la necesidad de inmigración.