Una veintena de personas protestaron este domingo en Palma –al igual que se hizo en otras muchas ciudades– contra la decisión del gobierno británico de prohibir, a partir del 1 de febrero, la tenencia de los perros de la raza american bully XL. Esta medida surge como respuesta a una serie de ataques protagonizados por esta raza en ese país. También criticaron que el gobierno británico «está ofreciendo 200 libras a todas aquellas personas que aceptan sacrificar a sus perros de esta raza».
Los manifestantes defienden que estos perros no son peligrosos, «el problema no son los animales, sino la crianza, la educación que le da el dueño», explica Paula Amengual, quien asegura que «en Palma hay bastantes perros de esta raza». Añade que «no todo el mundo está preparado para tener un perro así, de la familia de los pitbull, por lo que debería haber más control sobre los dueños, pero las asociaciones no quieren implicarse y se los dan a cualquier persona».