El presidente de la Obra Cultural Balear (OCB) durante los dos últimos años, Joan Miralles, ha anunciado este lunes públicamente y por sorpresa, que dejará la dirección de la entidad por motivos personales. «Cuando cogí el timón sabía lo que suponía y estoy muy contento de lo que ha conseguido la junta durante este tiempo. No me desentiendo de la OCB, es algo que siempre me interesará, pero ahora, por motivos personales, no puedo asumir la responsabilidad del cargo», ha explicado en declaraciones a este diario. «Implica mucha dedicación y, como a cualquier persona, hay momentos en los que a uno le faltan horas», ha comentado.
La vicepresidenta primera de la entidad, Lena Serra, ejercerá sus funciones de forma interina mientras se abre un nuevo período electoral que deberá culminar con la elección de una nueva presidencia y la renovación de la junta directiva. Por este motivo, la OCB celebrará una asamblea general extraordinaria de carácter electoral el miércoles 21 de febrero. Miralles ha asegurado que tiene total confianza en Serra, y considera que durante el tiempo que ha sido presidente la OCB se ha convertido, de nuevo, en una organización «referente» para la sociedad.
«Los partidos han entendido que la Obra debe de ser independiente de la política, ninguno me ha dicho que deba irme porque alguien concreto tenga que ocupar la presidencia», ha afirmado tajante, preguntado por si su marcha se debía a alguna desavenencia o presión interna o externa. Cuando se presentó como candidato, de hecho, recibió algunas críticas por haber sido presidente de la patronal de alquiler turístico Habtur y candidato del PI a las elecciones generales. Miralles siempre ha defendido una OCB que sea «la casa común de todo el mundo, independientemente de su afiliación política, asociativa y lugar de origen».
El sociólogo también ha recordado, como ya informó el sábado este diario, que «desde hace dos años hemos tenido un goteo de nuevos socios, pero la verdad es que a raíz del cambio de gobierno el número de altas se ha acentuado. A falta del recuento definitivo sabemos que hemos aumentado más de 300 personas».
Próximos pasos
El objetivo de los actuales miembros de la junta, que continuarán en funciones hasta la proclamación de los candidatos que resulten elegidos en el proceso electoral, es «dar continuidad al proyecto, aprovechar las elecciones para reforzar a la entidad con nuevas incorporaciones, mantener el compromiso iniciado 2022 y seguir con una OCB preparada para afrontar los retos actuales», según ha informado la organización en un comunicado.
La junta directiva, reunida de forma extraordinaria aprobó, además de la fecha de celebración de la asamblea general extraordinaria, un nuevo reglamento electoral y el nombramiento de Miquel Àngel Grimalt Vert como síndico electoral.
Ningún miembro de la junta de la OCB cobra por el trabajo que hacen, tampoco el presidente, aunque la entidad reciba anualmente alguna subvención pública, como otras organizaciones que se presentan y optan a estas ayudas para mantener locales.