Mallorca entera tose. La gripe circula ya como una epidemia en las Islas y se le une la COVID y hasta una decena de otros virus respiratorios más leves. Si bien no hay un colapso en las Urgencias hospitalarias, éste es inminente y esta semana se ha notado ya el repunte, sobre todo en los comarcales de Inca y Manacor. El pasado martes ambos centros derivaron pacientes a Son Llàtzer, según explican sus propios trabajadores, y este miércoles la situación se complicó de nuevo en la capital del Llevant, con 64 personas en Medicina Interna y otros 50 «largos» en Neumología. «Vamos muy saturados y casi todo son procesos respiratorios, hemos activado el plan de saturación», explicaron fuentes internas.
Las cifras las facilitó el Sindicato Médico, que definía la situación de Manacor como la que estaba «más al límite». En palabras de su presidente, Miguel Lázaro, los facultativos de Urgencias de todos los hospitales «notan la sobrecarga y aumento de incidencia de la patología respiratoria, con un diagnóstico más frecuente de gripe que de COVID».
Cada vez que se llenan las Urgencias de un hospital por un incremento de la demanda se activa un plan de derivación. Si bien tanto Son Llàtzer, con 18 pacientes pendientes de ingreso, como Son Espases, con una veintena, tenían camas suficientes para seguir absorbiendo la demanda. Es decir, está saturado pero no colapsado.
En Menorca, por cierto, la situación también llama la atención con un tiempo medio de demora de cuatro horas para ser atendido por Medicina Interna del Mateu Orfila. «Están también desbordados de trabajo los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), ahí se necesitan más recursos humanos», demanda el Simebal.
La descripción de la situación diverge de la oficial. Desde el IB-Salut hablan de normalidad, si bien reconocen que «después de las fiestas ha habido un incremento de personas que acuden a Urgencias, sobre todo mayores con enfermedades crónicas y respiratorias, con infecciones por gripe o COVID», explica la subdirectora de hospitales del Servei, Rocío Amézaga. «Cuando esto ocurre los que más sufren son los hospitales pequeños pero hemos visto que si bien hay más gente, no se ingresa más, lo que nos hace pensar que son casos leves que podrían ser atendidos de forma más rápida en Atención Primaria», añade.
Que esto suceda, «es una buena señal», explica el jefe de Virología de Son Espases, Jordi Reina. «Todo el mundo está con tos pero no es grave, es bastante soportable. Es gripe clásica, la que todos conocemos, que muchas veces no necesita ni médico de cabecera, y estamos en el inicio de la epidemia», prosigue. El especialista recuerda que lo peor está por venir, «el pico del año pasado fue en la primera quincena de febrero, nos quedan cuatro semanas de subir para arriba en incidencia», advierte.
De momento este año está circulando la cepa de la gripe A, «la B llega más tarde y normalmente surge un año sí y al otro no. Como el año pasado la vimos puede ser incluso hasta que no llegue», aunque con los virus respiratorios, no hay certezas.