El Consell de Mallorca tiene prácticamente acabado el proyecto viario del Tramo I del segundo cinturón de Palma, que unirá con una autovía Son Ferriol y el Coll d'en Rabassa, con el fin de completar esta infraestructura y descongestionar así la vía de cintura. Cuando esté acabada, los conductores que vengan desde Llucmajor y quieran ir en dirección a Alcúdia podrán usar esta ruta alternativa más rápida que les dejará junto al Pont d'Inca.
El Consell Executiu aprobó el miércoles el expediente de contratación del servicio de asistencia para la redacción del proyecto de construcción, que costará más de 100 millones de euros. El gobierno insular continuará exigiendo al Gobierno central que financie esta iniciativa, la única de grandes dimensiones prevista para esta legislatura. El objetivo del nuevo gobierno es, como mínimo, terminar la legislatura con las obras ya empezadas.
Según ha podido saber este diario, el Departament de Territori, Mobilitat i Infraestructures prevé presentar públicamente en enero el diseño del proyecto viario, que implicará una intervención de gran complejidad. Las obras deben de tener cuidado con las conexiones de combustibles que cruzan esta zona hasta los depósitos de CLH, ubicados cerca de Son Ferriol. Además de la alta densidad de tráfico que pasa por esta vía, sobre todo desde que se construyó el centro comercial FAN Mallorca.
El proyecto, asimismo, también dará solución a los vecinos que viven junto a la rotonda del Coll d'en Rebassa, que se construyó demasiado cerca de sus viviendas. De este modo, se prevé ganar espacio para alejar la vía de estas propiedades, una demanda histórica de estos residentes.
El presidente del Consell, Llorenç Galmés, ya adelantó en una entrevista con este diario que si hubiera encontrado «algo hecho tras la salida del Pacte, hubiera sido mucho más fácil» desarrollar el proyecto.
Discrepancias políticas
Los Acords de Raixa que el PSIB, Més y Podemos firmaron en 2019 para gobernar conjuntamente en el Consell por segunda vez consecutiva hasta este mismo año incluían ejecutar el Tramo I del segundo cinturón. Sin embargo, el proyecto solo era defendido por los socialistas, puesto que las discrepancias de Més y Podemos sobre la obra eran conocidas, sobre todo tras las críticas que recibieron tras impulsar la construcción de la autopista de Campos.
De hecho, durante la pasada legislatura Podemos, que gestionaba el departamento de Carreteres, intentó modificar el proyecto del Tramo I que la socialista Mercedes Garrido aprobó cuando fue consellera insular de Mobilitat entre 2015 y 2019, pero no les dio tiempo. La idea era haber elaborado un diseño con un impacto menor.