Un empresario que promovió una feria inmobiliaria en el Palacio de Congresos de Palma que dejó a la estacada a una veintena de empresas del gremio, se ha sentado en el banquillo esta semana acusado de estafa. La Fiscalía, que reclama para él una condena de tres años de prisión, sostiene que, durante semanas cobró por reservas de estands en el evento y que, justo el día antes de que se celebrara, la canceló y se quedó con los fondos: alrededor de 50.000 euros, además de una deuda con la sociedad que explota el palacio.
No es la primera visita de este acusado al banquillo: cuenta con dos condenas previas por estafa en la Península y todas relacionadas con ferias similares. En Palma aterrizó después de una de esas sentencias, en el año 2019. En abril de ese año, firmó un contrato de arrendamiento con el Palacio para celebrar la que iba a ser la segunda edición de la Feria Inmobiliaria de Mallorca, los días 27, 28 y 29 de septiembre. Dos años antes había organizado un evento similar en el Palma Arena que había funcionado sin problemas.
La empresa del acusados, Organización de Ferias y Eventos S.L. reservó el espacio y, durante las semanas siguientes cobró de una decena de empresas importantes del sector para reservarles un espacio. Hay entidades financieras y algunas de las principales inmobiliarias de la Isla, que ahora se han personado como acusaciones particulares. Todas las empresas, a su vez, contrataron con otras para poner en marcha los espacios de los que iban a disponer y gastaron en distinto material de publicidad. El acusado, según la Fiscalía, sabía que no tenía expositores necesarios y no había reunido el dinero que necesitaba para pagar por la feria. Ahí es donde coloca el Ministerio Público el engaño. A pesar de que sabía con tiempo de antelación que iba a tener que cancelar el evento, siguió cobrando a otros posibles expositores y mantuvo todas las acciones necesarias para que pareciera que iba a desarrollarse.
El día antes de la feria, no había pagado aún el montaje ni la mitad de los 43.000 euros de alquiler del Palacio. Fue esta entidad quien suspendió la feria y se lo comunicó a los expositores el día antes.
En el juicio, el acusado se defendió y sostuvo que intentó conseguir fondos por todas las vías posibles y que su plan era llevar a cabo la feria. Explicó una confusa manera de funcionar en la que la cuenta de la empresa servía también para abonar sus gastos personales del día a día, incluso los de lotería.