Jorge Juan Curiel es médico y sindicalista y un experto en salud laboral, una de las materias más sensibles tras años de denunciada precariedad por el colectivo, que se vio alterada y potenciada por la pandemia. Curiel fue además uno de los ponentes de las jornadas anuales de acción sindical del Simebal organizadas en Palma.
¿Qué se puede hacer contra las agresiones a los sanitarios?
Las agresiones crecen. Pero hay que diferenciar las que ocurren de verdad (las hay todos los días) de las denunciadas. Todo lo demás queda oculto. Hay que plantearse nuevas formas de actuación porque las que hay no son eficaces, siempre se utiliza la represión al agresor pero eso no previene. Hay que proteger al profesional; hacer una campaña de educación para que la gente no se crea con derecho a todo. Está bien que se nos considere una autoridad en caso de agresión grave pero ¿Una sanción alta me evitará otra agresión? Para nada, sigo desprotegido.
En muchos centros de salud hay guardias de seguridad.
Pero no en todos, ni en los consultorios locales o cuando salimos a domicilios. En Asturias cuando hay un aviso domiciliario la policía acompaña al médico. No digo que cuando me quite la bata me aseguren, sino en el ejercicio de nuestro trabajo. Si estoy en mi consulta y alguien se pone agresivo (porque tratamos con gente que se exalta) debemos poder dar un aviso y que aparezca alguien y eso no existe. Para ir a Hacienda paso por un detector de metales, no entiendo por qué un servidor público no tiene seguridad.
El grueso de la población está más descontenta tras la pandemia.
La población se ha desengañado. Vivíamos en el mundo de Yupi pensando que España tenía la mejor sanidad del mundo porque era gratis para todos, pero no por su calidad. Llega la pandemia y vemos que faltan recursos, tenemos lista de espera enormes, en Balears se deja de exigir el idioma porque no hay médicos... La gente ve que la sanidad no es tan buena como nos la vendían y ya va con tensión a las consultas. Eso ya crea un preconflicto que, en función de cada uno puede terminar con enfado. Cada día son más frecuentes estas reacciones. Hace 30 años nadie te levantaba la voz en la consulta, las agresiones eran escasas, pero el estatus y el respeto al médico se ha perdido. Estamos muy expuestos y la población muy decepcionada.
¿Hay más sobrecarga?
Tenemos un sistema deficiente e hipócrita porque ofertan cada día más cosas sin poner medios ni presupuestos. La administración te dice «si le pasa lo que sea vaya al médico» y eso genera una demanda infinita pero no aumenta las plantillas. Esto ocasiona un problema de salud a los médicos porque no llegan a toda la demanda y se crea una asistencia muy deficiente. El profesional no puede trabajar con un ritmo adecuado y acaba enfermo.
En Baleares, Simebal ha denunciado al IB-Salut a Inspección laboral por sobrecarga laboral.
No hay otra vía. Es una obligación legal que no se cumple. Las denuncias ante Inspección de Trabajo son para acreditar el incumpimiento de las cargas de trabajo y poder llevarles después delante de los tribunales, porque las condenas sí las cumplen. Se puede multar e incluso inhabilitar a los gestores por la vía penal. Ya hay sentencias que les condenan a poner recursos para evitar la sobrecarga y también piden una compensación económica.