Ana Conrado (Palma, 2000) se graduó en junio del doble grado en Educación Infantil y Educación Primaria en el Centro de Estudios Superiores Alberta Giménez (CESAG), en La Vileta (Palma). Es de firmes convicciones, apunta siempre a lo más alto. Precisamente, ese empeño le llevó tras finalizar su etapa universitaria a experimentar en primera persona uno de los mejores sistemas educativos del mundo. Desde septiembre, realiza una estancia como profesora en un colegio internacional de Tempere, al sur de Finlandia.
Costura, «Saberes sociales» y Orientación por el bosque
La experiencia está siendo todo un aprendizaje, no solo en lo que respecta a lo profesional. Además de una estancia profesional, está teniendo la oportunidad de descubrir un nuevo estilo de vida y experimentar ciertos choques culturales. De entre los que más le han sorprendido, son las asignaturas que tienen sus alumnos en el colegio lo que más le ha llamado la atención. Además de las ordinarias que también se imparten en España -Matemáticas, Inglés, Historia...- se le suman otras como Cocina, Costura -en la que aprenden a coser, tejer punto y a hacerse bufandas o jerseys- o Mecánica. «No son materias secundarias, se las considera igual de importantes y son obligatorias. Todos las tienen que cursar», afirma Conrado. Entre estas, destaca Social Science, que se podría traducir por «Saberes sociales» en castellano. Durante estas clases enseñan a los estudiantes conceptos básicos para su futura vida como ciudadanos: cómo pagar impuestos, cómo funciona el sistema electoral, el correcto uso del móvil y de las redes sociales... «También me sorprendió que en Educación Física, además de practicar deportes, les enseñan Orientación en el bosque, para que sepan cómo actuar si se pierden en un futuro por el bosque, que, al fin y al cabo, es un 73 % del territorio finés», explica la mallorquina. En definitiva, «les enseñan para ser adultos capaces de desenvolverse y entender el mundo», concluye.
Amplios servicios...y gratuitos
Planes curriculares aparte, es la configuración de todo el sistema educativo en sí lo que más impresiona, desde el punto de vista de una estudiante y profesora española. «Los niños, ya desde pequeños, tienen que venir al colegio solos, porque los horarios son diferentes cada día -a veces empiezan a las 9h, otras, a las 12h..- y sus padres no siempre les pueden acompañar. Así se fomenta la autonomía de los chicos. Y esto pasa incluso con los niños con algún tipo de discapacidad», subraya Ana. Según ha podido comprobar, el Estado pone a disposición de los alumnos con discapacidad todos los medios necesarios de forma gratuita, desde un taxi para llegar por sí solos al colegio hasta un asistente a tiempo completo en el caso de alumnos con ceguera o sordera.
El comedor escolar también es totalmente gratuito y «los chicos se sorprenden cuando les digo que en España pagamos por la comida en los colegios o incluso por simplemente acudir a algunos, los privados o concertados. Aquí es inconcebible», explica. No podían faltar, entre sus vídeos de TikTok en los que narra su experiencia en las redes, el tema de los horarios, tan distintos a los españoles. Comen a las 11h y cenan entre las 17h y las 18h. Pronto, pero con mucho tiempo: «No solo tienen un patio de media hora, como aquí, sino muchos más, casi al final de cada clase tienen como mínimo 15 minutos de descanso».
Ana lleva semanas tomando nota de esta perspectiva educativa y, aunque aún no tiene fecha de regreso, espera poder traer a la isla nuevas maneras de enseñar, para brindar a los mallorquines del futuro la mejor educación posible.