AnimaNaturalis y CAS International han puesto en marcha, por primera vez, una campaña en la que exponen el horror que esconden la caza con perros, las monterías, una de las modalidades más brutales de España. Como parte de esta campaña, ayer organizaron en el Passeig des Born de Ciutat un acto en el que decenas de activistas mostraron imágenes de gran formato de las terribles escenas que deja la caza, conseguidas durante una investigación encubierta.
Recordaron que, a pesar de que el PSOE se comprometió a elaborar una legislación estatal específica sobre perros de caza para justificar su exclusión de la ley de bienestar animal, «ahora alegan que no es una prioridad al ya existir legislación autonómica que los incluye». «Es imposible describir en pocas palabras el horror que sufren los animales en la caza y es aún más difícil justificar semejante brutalidad con argumentos pseudo-ecologistas o de falso amor a la naturaleza», explicó José Manuel García, coordinador de AnimaNaturalis en Mallorca. «La única razón por la que este tipo de barbaridad sigue manteniéndose es porque está oculta y quienes deben tomar decisiones prefieren mirar hacia otro lado. Hoy queremos hacer un poco más difícil que cierren los ojos», agregó García.
Las imágenes de las organizaciones recogen 11 monterías en varias provincias de España, un criadero, dos perreras de rehalas y una procesadora de carne de caza, todo ello documentado entre 2021 y 2023. Su equipo de investigación ha podido registrar perros malheridos, apuñalamientos, animales de caza agonizando, cazadores suturando las heridas de sus perros sin supervisión veterinaria, e incluso el uso de medicamentos ilegales.
Se trata de la modalidad más característica de la península ibérica. En ella, explicaron los activistas, «se utilizan rehalas de hasta 40 perros, para rastrear, acosar y dirigir a ciervos, jabalíes y otros animales hacia los puestos donde los cazadores esperan con sus rifles. Solo en caza mayor, se abatieron 582.290 animales en 2020. Normalmente se celebran en cotos cerrados, a veces con alambre de espino, en los que las víctimas no tienen escapatoria». «Precisamente por la brutalidad que conlleva y la posibilidad de que sufran heridas y enfrentamientos con otros animales, el uso de perros en batidas en campo abierto está prohibido en la mayoría de estados de la UE. Aparte de España, sólo se pueden utilizar perros en las monterías en Portugal y Francia», destacaron las entidades.