El IMAS estudia la creación de dos nuevos centros de acogida para atender la demanda creciente de menores tutelados por la administración, que el año pasado creció un 40% en Baleares, según los datos de la Memoria de la Fiscalía. Se trata de dos centros, uno de primera acogida y otro para menores migrantes no acompañados, para los cuales ya hay comprometidos 4 millones de euros de fondos europeos ente 2022 y 2023, según el convenio de colaboración firmado entre la Conselleria d'Afers Socials i el IMAS durante la pasada legislatura. El convenio establece financiación para 50 nuevas plazas de menores tutelados e incluye también la compra de pisos de acogida.
El responsable de Benestar Social de la institución, Guillermo Sánchez, denunció el pasado mes de agosto la pérdida de más de siete millones de fondos europeos en proyectos sociales y culpó de ella a sus predecesores. Según Sánchez, hasta seis proyectos de residencias de ancianos y de centros de menores no se ejecutarán a tiempo para recibir fondos de la UE, antes del 31 de diciembre, y tendrán que ser pagados por el Consell en solitario. Entre ellos, la reforma del centro de menores de Puntiró, la compra de un solar para un centro de acogida de menores extranjeros y la elaboración de un pliego para adquirir pisos para menores tutelados. «No hay nada de nada, no se ha iniciado nada», manifestó Sánchez.
Fuentes del IMAS aseguran estar trabajando «a contrarreloj y en contacto permanente con el Govern» para encontrar «alternativas para llevar a cabo los proyectos que debían financiarse con estos fondos europeos y que están relacionados con proyectos para la incorporación de plazas residenciales y recursos de atención a menores en situación de desprotección».
El área de menores de la Fiscalía de Baleares advierte de que la presencia creciente de menores de edad en las pateras que llegan a las islas desde Argelia plantean «nuevas necesidades de las fórmulas de ubicación y gestión de los centros de protección». Y es que la cifra de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados llegados a Mallorca se ha multiplicado por 5 en los dos últimos años: de los 37 que llegaron en 2020 se pasó a 193 en 2022, según datos recogidos en la Guía de intervención con infancia migrada publicada por el IMAS.
La llegada de niños y jóvenes migrantes a las costas de Mallorca ha pasado de ser un hecho anecdótico hasta el año 2015, a ser una realidad frecuente y en continuo crecimiento, como lo muestra la evolución de los años 2016 (11), 2017 (29) y 2018 (48). La pandemia estabilizó las llegadas en 2019 (36) y 2020 (37), pero la cifra volvió a dispararse en 2021 (73). El año 2022 ha sido el año que más llegadas se han contabilizado (193), si bien se incluye los 81 niños y adolescentes llegados desde Ucrania, una parte de los cuales fueron acogidos por familias.
El 52% de los niños, niñas y adolescentes migrantes que llegan a Mallorca proceden de Argelia y el 30% de la República de Guinea, seguido a cierta distancia por Marruecos (6%); Benín (4%) y Mali (1%). De ellos, el 96% son hombres y el 4% mujeres y la edad de llegada más frecuente son los 17 años, lo que supone una dificultad para los técnicos a la hora de elaborar un plan de trabajo y procurar su regularización documental antes de la mayoría de edad. Una dificultad a la que se añade el hecho de que tan solo el 14% de los llegados a Mallorca lo hacen con pasaporte en vigor.
Respecto a los criterios de intervención, desde el IMAS explican que, según el protocolo marco de actuación, les corresponde a Fiscalía y a la Unidad Central de Redes de Inmigración ilegal i falsedades documentales (UCRIF) determinar si se trata de un menor o no. Una vez determinado, éste es dirigido a un centro de primera acogida de gestión directa del IMAS, y una vez hecha una primera valoración y evaluación, se le deriva a uno de los centros concertados por el IMAS. Entre propios y concertados, el IMAS dispone actualmente de 35 centros. Además, el IMAS puso en marcha en 2021 el programa especializado ACOTE, que proporciona a niños y niñas migrantes no acompañados una familia de acogida de su misma procedencia o conocedor de su cultura.
Desde el IMAS admiten que la llegada de niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados irá en ascenso, especialmente procedentes del África subsahariana. Consideran que el sistema actual de protección está preparado para asumir ese ascenso, aunque están trabajando para aumentar las plazas: «Hasta la fecha, el sistema ha podido a coger a todos los menores gracias a los centros de gestión directa y los de gestión indirecta. En todo momento se han destinado los espacios y recursos necesarios para garantizar su protección. Para hacer frente a posibles aumentos, y para mejorar el servicio, el IMAS está explorando todas las vías para aumentar el número de plazas disponibles en centros de primera acogida».