El gran arranque de la temporada turística permitió que la economía de Baleares se situara por encima de sus más directos competidores. Así lo recalca la presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), Carmen Planas, en el informe de Evolución Económica del segundo trimestre del año.
El informe detalla que la economía balear moderó de abril a junio la senda de crecimiento en todos los sectores y se situó de nuevo en fase desaceleración, después del «paréntesis» que supuso un primer trimestre al alza.
Así, el crecimiento económico del Archipiélago en el segundo trimestre se estima en un 3,9 %, por debajo del 6,4 % del trimestre anterior. Con todo, esta evolución permite «rebajar el agujero» que Baleares arrastra desde la pandemia y resituar la comunidad en camino hacia los niveles de actividad de 2019. Mallorca y Menorca son las dos islas que se encuentran más cerca de recuperar esos niveles preCOVID.
Pese a la desaceleración -que se enmarca en la tendencia a la baja generalizada del entorno español y europeo-, los máximos históricos que desde el inicio de temporada se han registrado en el sector turístico han permitido ubicar a la economía balear por encima de su entorno competitivo. De hecho, el informe subraya que las actividades que más han contribuido al récord en materia de empleo «son las directamente relacionadas con la cadena turística».
De igual manera, estas actividades han seguido avanzando a un ritmo superior al promedio del sector servicios, erigido de nuevo en «el principal motor y soporte de la economía balear». El balance turístico en el segundo cuarto del año contó con dos puntos de inflexión: la campaña de Semana Santa en abril y el inicio de la temporada de verano en el mes de junio. Dos momentos clave que llevaron a superar los seis millones de visitas en ese trimestre.
Por lo que respecta al resto de sectores económicos, destaca la construcción como el único con una actividad por encima de los niveles prepandemia. El informe destaca el comportamiento del sector, el cual demuestra «habilidades notables para operar en un contexto globalmente volátil».
Desde el lado negativo, la industria es el sector que más atemperado vio su crecimiento, condicionada por la caída de la demanda externa. Esta es la causa principal de que el sector industrial mantenga peores registros que el resto. La desaceleración económica de los principales socios comerciales en el contexto internacional de Baleares una de las claves para ello.
Por otro lado, desde el lado de la demanda se moderan tanto el consumo privado como la inversión empresarial. En el caso del primero, ni el buen arranque de la temporada turística ni la robustez del mercado de trabajo fueron suficientes para evitar que el consumo privado mantuviera la tendencia a la moderación. El decaimiento de la inversión, asimismo, obedece al endurecimiento de las condiciones financieras y al deterioro de las expectativas empresariales.
El informe concluye advirtiendo de que la economía balear ha tenido que seguir navegando en los mese siguientes en un contexto inflacionista, lo cual «amenaza con empañar una temporada alta de récord». Máxime cuando este mismo contexto -«todavía vigente prácticamente dos años después de su estallido»- seguirá frenando la demanda externa hasta final de año.