La batería de medidas presentadas por el Govern para atacar el problema de la vivienda cuenta con el beneplácito de gran parte del sector inmobiliario, incluidos los arquitectos. No obstante, la crisis habitacional de las Islas tiene unas raíces muy profundas que van a hacer precisa una hoja de ruta a largo plazo y que sobreviva más allá de cambios de ciclo políticos. Así lo advierten desde el Colegio de Arquitectos de les Illes Balears (COAIB), que aseveran que «son buenas medidas, pero no serán suficiente».
La construcción de viviendas plurifamiliares continúa a la baja. Una tendencia que camina en paralelo al alza de la construcción de unifamiliares, sobre todo las destinadas a compradores de alto poder adquisitivo. Los datos del COAIB sobre la edificación en las Islas en el primer semestre de 2023 certifican que el Archipiélago continúa su proceso de transformación en un territorio cada vez más selecto en materia de vivienda: con alfombra roja para la creación de casas de lujo o semilujo y tachuelas para una oferta destinada a la inmensa mayoría de la población, lo que eleva el precios de la oferta existente a niveles cada vez más prohibitivos.
Según los datos presentados hoy en la sede del COAIB, la construcción de plurifamiliares (1.607 hasta agosto) ha experimentado una caída interanual del -17,3 % este año. Mientras, las unifamiliares (1.584) han vuelto a subir, en esta ocasión un 4,9 %. La bajada resultante a nivel general es del 7,6 %. «Nos encontramos permanentemente en la peor época de creación de vivienda en las Islas», ha señalado el decano del Colegio, Bernat Nadal, quien presentó el informe en compañía del presidente de la Demarcación de Mallorca, Joan Cerdà.
Así, la edificación de viviendas plurifamiliares libres está muy lejos del máximo alcanzado en 2007 (14.322), una cifra que, aunque desorbitada y producto del boom que vivía el ladrillo en aquella época, está demasiado alejada de la actual (nueve veces menos). Lo mismo sucede con la superficie construida, también en retroceso. «Nos encontramos con una clara tendencia a la baja que no resulta sorprendente teniendo en cuenta el comportamiento de los parámetros anteriores», señalaron los responsables del COAIB.
Para explicar las diferencias entre la evolución de unifamiliares y plurifamiliares, Nadal ha indicado que la promoción de las viviendas de la primera tipología acostumbra a ir a cargo de un promotor privado o de un comprador final con recursos económicos importantes, y se pueden construir tanto en suelo urbano como en rústico. La promoción de las plurifamiliares, por contra, va a cargo de promotores que «han de rentabilizar su inversión en un marco de escasez de suelo urbano».
A ello hay que sumar el desequilibrio actual entre el precio de la vivienda y el poder adquisitivo del potencial comprador. Igualmente preocupante es el «escaso» parque de vivienda pública, parque que consideran «imprescindible aumentar» para alcanzar como mínimo los niveles medios del entorno europeo. No obstante, critican la obligatoriedad que establece la nueva ley estatal de que un 50 % de la nueva vivienda edificada sea protegida. «A ningún promotor le saldrán los números con eso»
El recetario que ha presentado el Govern para paliar el problema incluye algunas de las propuestas que los arquitectos han ido apuntando en los últimos años, como el fraccionamiento de inmuebles antiguos o la reconversión de locales comerciales en vivienda. Sin embargo, «cambiar un modelo de ciudad, que es de lo que estamos hablando, te puede llevar de 20 a 40 años tranquilamente», señala Nadal. Entre las aportaciones del COAIB para avanzar en esa dirección que de momento se han quedado en el tintero está el de la creación de un Observatorio de la Vivienda (aunque el Govern ha señalado que su intención es ponerlo en marcha lo antes posible). «Llevamos dos años insistiendo en que se tiene que crear un ente así, entre otras cosas, para conocer y entender con datos objetivos la magnitud real del problema».
El observatorio permitiría controlar más de cerca datos cruciales sobre el sector de la vivienda, explica Nadal, como por ejemplo, la cifra de viviendas vacías en las Islas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de inmuebles deshabitados en la comunidad es de 105.434 (recuento de 2021). «Tenemos que conseguir que estas viviendas vacías salgan al mercado, pero, sobre todo, que lo hagan en condiciones de accesibilidad para el ciudadano».
Por otro lado, Nadal ha señalado que una cifra tan elevada de viviendas vacías no pueden explicarse simplemente por un afán especulativo. «Entiendo que el especulador ha de intentar sacar el máximo rendimiento de un bien, estos inmuebles estarían en el mercado alquilándose», ha opinado para referirse a la falta de seguridad jurídica para los propietarios como uno de los motivos de mayor peso.
Asimismo, ambos portavoces del COAIB se han referido a la necesidad de llevar a cabo «estudios quirúrgicos» para determinar dónde se podrán llevar a cabo y dónde no algunas de las medidas anunciadas por el Govern, como la fragmentación de pisos, el crecimiento en altura o la reconversión de locales. Asimismo, subrayaron que no hay que olvidar que serán escenarios en los que tendrán que entrar en juego agentes como las comunidades de propietarios.