La Audiencia Nacional se enreda con el preso que hizo dos pintadas de carácter islamista en la cárcel de Palma. Después de que la Sala de lo Penal del tribunal le haya absuelto en dos ocasiones, la Sala de Apelaciones del mismo órgano judicial ordena que sea juzgado de nuevo junto a otros cuatro reclusos ante las graves contradicciones de las sentencias que le exculpaban.
Los cinco reclusos están acusados por parte de la Fiscalía y la Asociación de Víctimas del Terrorismo de mantener vivo un colectivo de presos vinculados al Estado Islámico. Se les reclama a todos ellos una condena de doce años de cárcel. En dos ocasiones, los magistrados que les juzgaron admitían en sendas sentencias que todos ellos mantenían comunicaciones entre ellos y con otros reclusos en los que se animaban a continuar la lucha una vez que salieran de la cárcel y se coordinaban para resistir en prisión. Sin embargo, en las dos resoluciones los absolvían. Estimaban los magistrados que se trataba de comunicaciones propias de ámbito carcelario en la que reos por el mismo delito se mostraban apoyo mutuo y que no llegaban a entrar en la esfera de una organización terrorista.
Primero a principios de año y otra vez en julio, la Sala de Apelaciones, considera incoherente el razonamiento de los magistrados. La primera vez les obligó a redactar de nuevo la sentencia. La segunda, considera que no se han solventado los problemas de la resolución y adopta una decisión más drástica: celebrar de nuevo el juicio con un tribunal totalmente distinto.
El preso que cumple pena en Palma fue condenado ya a doce años de cárcel por integración en organización terrorista. El acusado tiene 49 años de edad y nació en Ceuta. En la ciudad autónoma intervino en una red que organizaba viajes a Siria para combatir junto al Estado Islámico. Era la persona que estaba en contacto con esta organización terrorista en Oriente Medio y organizaba los viajes de sus compañeros. Fue arrestado en 2014 y condenado al año siguiente también por la Audiencia Nacional.
Tras pasar por varios centros penitenciarios y protagonizar algún episodio como peleas con otro preso musulmán por su forma de vestir, el recluso llegó a Palma en 2016. Cumple en Mallorca la mayor parte de su condena, que expira en 2025 y permanece en un estricto régimen de aislamiento desde su llegada. Pese a eso, el recluso mantenía un contacto, generalmente por carta, con otros presos vinculados con el Estado Islámico. Algunas de esas cartas escapaban del control de Instituciones Penitenciarias. En las interceptadas, los reclusos se reafirman y se animan para seguir fieles a la organización.
La acusación de Fiscalía incluye otros episodios, que dieron como probadas las sentencias fallidas: Una discusión con presos de nacionalidad británica después de que se produjera un atentado en Manchester con una veintena de fallecidos. Los días 29 de septiembre y 11 de octubre de 2017 el acusado estaba en el módulo de aislamiento. Allí pintó en las paredes del patio la bandera de la organización terrorista Daesh, en una zona común. Al pie de las mismas escribió el lema del Estado Islámico «permanece» (baqiyah).