«No hay nada que violente más a un farero que ver un faro apagado, pero tu luz continuará encencida para siempre entre nosotros». Con estas emotivas palabras Faros de Baleares ha comunicado este viernes 11 de agosto el fallecimiento de Pere Bonet Roig (1937-2023), el último farero de Portopí.
«Fuiste el último en vivir en Portopí y el primero en entender que todo un mundo estaba a punto de desaparecer si no le poníamos remedio. Tú y un grupo de hombres responsables recogisteis todas las piezas de los faros de las Islas que iban quedando obsoletas para dar cuerpo a lo que hoy es la Exposición de señales marítimas del Faro de Portopí del Port de Palma. El mejor legado del que fue el oficio del farero, que fue tu casa y donde serás permanentemente recordado», dice el comunicado.
El oficio de farero quedó condenado en 1992 con la promulgación de la Ley de Puertos y de la Marina Mercante. Aquella normativa declaró a extinguir el Cuerpo de Técnicos Mecánicos de Señales Marítimas del Estado. El último faro habitado en Mallorca es el de Punta Avançada. Allí vive Juan Molinete Rigo con su familia desde hace más de treinta años. Actualmente tiene una jubilación parcial.