Según la Dirección General de Tráfico (DGT) el calor aumenta la sensación de fatiga en las personas y la capacidad de reacción se ve disminuida, por lo que la probabilidad de sufrir un accidente aumenta un 20%. La Plataforma para el Entendimiento, la Amabilidad y Seguridad en la Carretera (PLEASE) creada en 2017 para mejorar la seguridad en las carreteras ha realizado un estudio entre sus camioneros que demuestra sin ningún género de duda que «en verano conducimos mejor», dice su portavoz Víctor Tascón.
«Sabemos que en verano conducimos peor, no solo descansamos menos sino que cuando dormimos el sueño no tiene la misma calidad que el resto del año y eso hace que no reaccionemos igual cuando nos ponemos al volante», dice Please. La plataforma cuenta con un sistema de análisis en la flota de camiones de Cemex que le permite examinar la forma de conducción. La conclusión es clara: «Es más eficiente en invierno que en verano». El sistema de control de los camiones va conectado al motor y con GPS permite estudiar si se producen volantazos o frenazos bruscos.
Según la DGT las olas de calor al volante son peligrosas, tanto que el riesgo de sufrir un accidentes aumenta más de un 20 %. Crece la fatiga y los reflejos se reducen. También vemos peor. Los expertos de la DGT concluyen que al pasar de los 35º dejamos de percibir entre el 10 y el 20% de las señales de tráfico y eso hace que cometamos más de un 30% más de errores al volante. Las distracciones y despistes están detrás de casi el 30% de los accidentes de tráfico.
Las mismas fuentes apuntan a que con el aumento de las temperaturas crece la agresividad y el nerviosismo al volante. Es un dato importante porque el estrés es el mayor riesgo de sufrir un siniestro total, según los expertos. A todo ello hay que añadir que el calor puede provocar daños en el asfalto, especialmente en las carreteras más viejas y que las altas temperaturas afectan al rendimiento del vehículo. En verano aumentan las averías.