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Diecisiete caleseros de Mallorca piden pasarse a las eléctricas por los insultos que reciben

El Ministerio de Industria abrió en marzo la posibilidad de homologarlas

Imagen de uno de los prototipos eléctricos que importa la empresa valenciana.

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Diecisiete caleseros de Mallorca piden pasarse a las galeras de impulsión eléctrica, que desde el 31 de marzo de 2023 el Ministerio de Industria ya permite homologar para su circulación. Son todos los caleseros que trabajan desde hace décadas en el Nord de Mallorca, concretamente en los municipios de Alcúdia y Muro. Buena parte de ellos son la tercera generación dedicada al oficio. Con ayuda del Ajuntament d'Alcúdia ya han iniciado los contactos con fabricantes e importadores de Valencia, Méjico y Alemania, para intentar convencer a las empresas de que intenten homologar sus modelos para poder hacer una compra conjunta.

Según las estimaciones iniciales la inversión que tendrá que hacer cada calesero rondará los 50.000 euros. A pesar del gasto considerable que representará el cambio, se muestran convencidos de que es «necesario y prudente», por las continuas olas de calor, por la caída de la demanda y por los insultos que reciben a diario.

«Llevamos ya unos diez años mirando cómo hacerlo pero hasta hace unos meses era inviable porque no existía una normativa que permitiera homologarlas. Aunque sabemos que los caleseros de otras zonas de Baleares y también de la Península no están a favor porque creen que perderemos el encanto, nosotros no o vemos así. Las calesas eléctricas circulan con éxito en China y en Alemania y trabajar con los caballos cada día se nos complica más, se nos considera los malos de la calle y sufrimos constantes insultos», explica José Antonio Salazar, titular de una de las licencias de Alcúdia.

Dice que en su caso, para un único carruaje, tiene cinco caballos que va sacando por turnos para que puedan descansar. Este verano por primera vez los caleseros de Alcúdia se han visto obligados a cesar su actividad hasta el atardecer debido a la proliferación de lo que se conoce popularmente como ‘noches tórridas', un fenómeno que cada vez será más frecuente.

La regidora Azahara Machado firmó el pasado 14 de julio un decreto que acordó la suspensión del transporte urbano de galeras durante el horario que establece la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) cuando se producen avisos amarillos, naranjas o rojos por altas temperaturas. Hasta entonces solo se prohibía su circulación de 12h a 17h en caso de alerta por calor. Lo que hace el Ajuntament con este decreto es adaptar el servicio a la nueva realidad climática. Policía, Ajuntament y caleseros comparten un grupo de whatssapp que informa a tiempo real de las horas en que se prohíbe la circulación en función de las previsiones de la AEMET.

Un informe veterinario realizado por Natura Parc avaló el cambio normativo. El 19 de mayo e 2023 el citado texto advertía de que «cuando un caballo realiza un trabajo de ejercicio moderado en un ambiente cálido y húmedo, su cuerpo puede llegar a niveles de temperatura muy peligrosos para su salud». «Es la primera vez que tenemos que parar de noche y lo entendemos, hace mucho calor y parece que esto va a ser cada vez más frecuente», dice José Antonio Salazar.

Salazar denuncia el creciente aumento de insultos a los caleseros en las calles de Alcúida: «Entre que hace mucho calor y no se puede salir y que cuando ya puedes salir recibes insultos que ya no sabes ni por qué, trabajar se hace cada vez más complicado». «Antes te respetaban, te dejaban pasar en las rotondas, ahora si llevas un caballo parece que eres la peor persona de la calle», añade.

Según Salazar el negocio de las galeras de caballos está perdiendo cada vez más rentabilidad. «Antes un niño lloraba por montarse y ahora llora para que no lo monten. Hay que pensar que en países como Alemania del que vienen muchos turistas las calesas eléctricas están normalizadas. Queremos trabajar a gusto, no ser el malo de la calle. A lo mejor me equivoco y como creen en otros lugares perdemos la esencia, pero para mi es una evolución natural y necesaria», dice el chófer.

En el mismo sentido se expresa José Salazar Vázquez, calesero a Alcúdia y Muro. «La realidad es la que es y hay que dar una respuesta a lo que nos piden nuestros clientes de toda la vida, pasarnos a las eléctricas, subir ese escalón. Es como un fontanero que primero trabajaba con tuberías de hierro, luego de plomo, luego de pvc… Nos lo piden los clientes y también los animalistas y creemos que es algo bueno para el sector», dice.

La regidora Azahara Machado aplaude la actitud de los caleseros del municipio y se ha implicado en la búsqueda de una empresa que se atreva a ser la primera en intentar homologar. De momento ya trabajan en modificar la ordenanza municipal para permitir que las calesas se tracción eléctrica puedan circular por el municipio si consiguen la homologación. «Intentamos ser los primeros de España que sustituyan toda su flota por galeras eléctricas», dice. Informa además de que «se han mejorado las actuales paradas». «Al final buscamos el bienestar de todos», concluye.

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