Para muchos parecía una simple anécdota, pero la acumulación de testimonios en lo que llevamos de verano ha generado cierta duda y preocupación entre quienes han sufrido en sus propias carnes pequeñas mordeduras mientras disfrutaban de un baño en algunas playas de Mallorca. Especialmente, los testimonios que han llegado a esta redacción se concentran en las aguas del Migjorn, donde varios bañistas admiten y relatan estas experiencias.
Al salir del agua, lo que parecía una rozadura acabó siendo una herida en toda regla. «Notamos que algún pez nos rozaba, pero luego a mí me mordió», relataba Montse Terradas, que mientras disfrutaba de las aguas del sureste de Mallorca sufrió en más de una ocasión esa experiencia. «Eran heridas con sangre, incluso a mi hermana le pasó lo mismo y también tuvimos que ser atendidos por el socorrista», refieren, a la vez que recuerdan que aquel les transmitió que ese mismo día «había tenido una quincena de casos así».
Hasta ahora, consideraban natural que esos peces se acercaran a los bañistas y que incluso «fueran a por las costras de heridas o a las pieles muertas», pero varios casos más que han llegado hasta esta redacción constatan pequeñas heridas superficiales que llaman la atención. «Deben sentir que se invade su hábitat, nos dijo el socorrista», asegura otro testimonio directo, que refiere que esos ejemplares que se mueven cerca de la costa «podrían llegar a medir hasta 30 centímetros, pero a simple vista parecen y son inofensivos», aunque en algunos casos dejan como tarjeta de visita una pequeña herida sangrante que sorprende a los bañistas.
Puestos en contacto con expertos científicos, todos ellos muestran su sorpresa al conocer estos episodios y se abstienen de hacer comentarios al no disponer de suficiente información para ofrecer una opinión con suficiente rigor técnico.