Invertir los ahorros en la compra de una vivienda es, hoy en día, un auténtico periplo por la oferta cada vez más limitada y los precios disparados. Consultar diariamente los portales inmobiliarios y recibir alertas de nuevas viviendas que salen a la venta para estar al día de todos los anuncios que se publican son prácticas habituales entre quienes intentan encontrar ‘chollos' inmobiliarios. No siendo esto tan fácil, recibir una alerta de un piso de 74 metros cuadrados en Maó a la venta por poco más de 100.000 euros, cuando estaría por 185.000 euros a precio de mercado, resulta, cuando menos, sorprendente. Pero es un caso real.
La notificación, que redirige al usuario a un reconocido portal inmobiliario, presenta un piso por 109.000 euros en una calle muy próxima al centro de Maó. La descripción, acompañada de una única imagen de la calle en la que se encuentra el bloque de pisos, especifica que es un bajo exterior de 74 metros cuadrados, con dos habitaciones y un baño. No incluye ninguna explicación más, salvo una alerta: «Atención: vivienda con okupas». La agencia inmobiliaria que anuncia el piso está especializada en el sector en Palma de Mallorca.
Condiciones especiales
En la misma descripción del piso, añade otro aviso: el inmueble «no se puede visitar, por lo tanto, solo tramitaremos ofertas al contado, no se puede financiar». En tan solo un par de líneas, deja claro que el interesado no podrá acceder a la vivienda hasta que se desaloje y que la única opción de compra que existe es la de pagar los 109.000 euros a ‘tocateja'. «Solicítenos más información sobre el activo y su estado sin compromiso», concluye el texto.
Agentes inmobiliarios de Menorca consultados por este diario explican que estos pisos a la venta con okupas forman parte, en su mayoría, del parque inmobiliario de entidades bancarias. «Si para particulares ya resulta complicada la situación, para las grandes sociedades financieras más aún, pues el proceso de desalojo de okupas puede dilatarse durante años», aclaran. Es por esto que deciden ponerlos a la venta, aunque tengan que hacerlo a un precio inferior al de mercado. «Ya se veía en la Península y ahora empieza a verse aquí», declaran.
La agencia que oferta la vivienda con okupas antes mencionada publicita en el mismo portal inmobiliario otras dos casas en las mismas condiciones en Maó. Una, en la misma calle y, posiblemente, en el mismo bloque de pisos, de 108 metros cuadrados, con dos habitaciones y un baño. Se trata de una primera planta exterior por 160.000 euros. Otra en una calle diferente, también próxima al centro de Maó, de 156 metros cuadrados, con tres habitaciones y un baño por 128.000 euros. En ambos casos, la agencia inmobiliaria advierte que las viviendas están okupadas, que no se pueden ver y que solo tramitará ofertas al contado sin posibilidad de financiación.
Otras inmobiliarias, con sede en la Península, también publicitan alguno de estos tres pisos con okupas en Maó, aunque se limitan a anunciar que se trata de una «oportunidad sujeta a condiciones especiales». Reconocen que desconocen la distribución interior y que, en este tipo de adquisiciones, se requieren una serie de requisitos tales como que no se permite una hipoteca sobre el inmueble, que no se puede ver interiormente, que la obtención de las llaves dependerá «del curso del procedimiento», que los profesionales de la inmobiliaria «atenderán el procedimiento judicial hasta la obtención de llaves», que la ley exige al adjudicatario poner al día comunidad e IBI, si se debe, en los últimos cuatro años, y que el comprador debe pagar el ITP y el registro.