Los aparejadores y arquitectos técnicos piden a Marga Prohens y a su equipo de gobierno que «sean valientes» y «tomen decisiones arriesgadas» para tratar de solucionar el problema de la vivienda en Baleares. Decisiones arriesgadas, explican, porque serán impopulares para al menos parte de la sociedad, pero que se antojan imprescindibles, entienden, para atajar la crisis habitacional. La primera de ellas, liberar suelo para aumentar la edificabilidad. «La única manera que tenemos de bajar rápidamente el coste de la vivienda es poniendo más suelo en el mercado».
Otras medidas que contribuirían a la bajada podrían ser la supresión de las tasas por la licencia de obra (del 6 % del coste total) o la búsqueda de alternativas más económicas para el tratamiento de escombros. Así lo han aseverado Luis Alfonso de León y Mateu Moyà, presidente y secretario técnico, respectivamente, del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos (COAAT) de Mallorca, en la presentación de los datos de la construcción en el primer semestre. Las estadísticas muestran un descenso del 17 % en visados de obra nueva (1.023) con respecto al mismo periodo del año pasado (1.234).
Nuevamente, los datos reflejan un retraimiento de la actividad que se fundamenta sobre todo en el retroceso de las viviendas plurifamilares: las unifamiliares, especialmente las de lujo, siguen tirando del carro de la obra nueva, mientras que la tendencia global a reformas y rehabilitaciones sigue constante ante la subida de precios y la falta de suelo edificable disponible.
Así, se mantiene la progresiva reducción de visados iniciada en 2022, que afecta principalmente a las plurifamiliares y también -aunque en bastante menor medida- a las unifamiliares. «Sigue siendo preocupante el descenso de visados de nuevas viviendas plurifamiliares, ya que afecta al sector de la población mayoritario en Mallorca», indican. Con todo, el segundo semestre debería mostrar un mejor comportamiento, entre otras cosas, por la demanda derivada de los fondos Next Generation para la rehabilitación. «Vamos a ir mejorando con suavidad: los promotores están moviendo cielo y tierra para dinamizar la actividad».
Los aparejadores asumen que el problema de la vivienda «tiene difícil solución», aun con la voluntad de cambio y el recetario con los que han llegado los nuevos responsables del Govern. «Han entrado con muchas ganas e ilusión, pero tienen una papeleta muy complicada, porque cambiar la situación actual es complejo: tienen que tomar muchas decisiones y espero que sean arriesgadas porque es lo que hace falta para darle la vuelta a este problema», señala De León para argumentar que en las Islas «tenemos dos problemas muy serios: los planes generales y la obsesión por la conservación del territorio».
El COAAT tiene prevista reunión la semana que viene con la nueva consellera d'Habitatge i Mobilitat, Marta Vidal, para tratar esta cuestión, de la que ya discutieron antes de las elecciones. «Les dijimos que tenían que ser valientes y aplicar medidas que faciliten que los residentes puedan optar a la vivienda». Entre esas «muchísimas» opciones, destacan la de modificar las densidades de uso, crecer en altura o facilitar la transformación de locales en viviendas, algunas de ellas ya mencionada por la propia Vidal en el traspaso de carteras de esta semana.
«Son alternativas que van a gustar a ciertos sectores de la sociedad y a otros no», advierte el presidente del Colegio, quien citó el artículo 47 de la Constitución española para recordar que Prohens y su equipo son los responsables de aplicar las medidas necesarias para revertir el que se ha convertido ya en problema prioritario de los baleares: «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada y los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación».