Marga Prohens, la candidata del Partido Popular (PP), que ganó ampliamente las elecciones del pasado 28 de mayo (25 escaños de un Parlament de 59) tendrá que esperar hasta el jueves para ser investida presidenta del Govern. Precisaba la mayoría absoluta (30 escaños) para conseguirlo, pero la abstención de Vox (8 representantes) unida a los ‘noes' del resto de grupos, se lo impidió este martes. Esa misma abstención, sin embargo, le valdrá para ser elegida este jueves por mayoría simple. Y el viernes jurará su cargo. Desde 1996, cuando Jaume Matas no logró los votos suficientes por desavenencias internas de su partido, ningún presidente había tenido que someterse a un segundo intento para su elección.
El protagonismo de Vox en la votación para elegir a Prohens refleja algo que se irá visibilizando en toda la legislatura y que ha reflejado el debate del martes. Con ocho votos decisivos para definir quién preside Baleares y cómo gobierna, este partido es la tercera fuerza de la Cámara (el PSIB, segunda, tiene 18) y no hubo portavoz que no aludiera a su protagonismo durante la sesión del martes. Josep Castell, de Més per Menorca y uno de los portavoces del variopinto Grupo Mixto (formado por 3 partidos) se refirió a este hecho y dijo que «el elefante está en la habitación», aludiendo a la expresión que se emplea cuando se evita citar algo que es evidente.
Cara a cara
La sesión ha estado marcada, además, por los cara a cara entre quién presidirá la Comunitat Autònoma a partir del viernes y quién la presidió hasta que cesó para ser candidata al Congreso: la socialista Francina Armengol. Ésta, inició su intervención anunciando que haría una oposición leal pero, a la vez, reprochó a Prohens que hubiera elegido a la extrema derecha como socio y que la hubiera «blanqueado». Aunque Prohens vaya a apoyarse en Vox para gobernar, fue a este partido al que dedicó menos tiempo en sus réplicas y pasó de puntillas sobre los comentarios de su portavoz, Idoia Ribas, que agitaron el pleno e indignaron a la izquierda. Ribas recordó que Prohens será «presidente» (no la llamó «presidenta») gracias a la abstención de su grupo.
La socialista Armengol ha recordado propuestas esenciales de su Govern. Según Prohens, eso tenía poco sentido. «Su gestión ya ha sido evaluada en las urnas y le han mandado a la oposición, y eso es lo que le duele, que no le hayan servido ni las subvenciones, ni la propaganda, ni sus relatos», dijo Prohens, quien se quejó de su tono de «superioridad moral» y de que siempre dieran lecciones. La candidata estuvo dura con Armengol, más que con cualquier portavoz de la izquierda. «Si sólo nos votaran los ricos y los poderosos no nos hubieran votado 160.000 personas», afirmó en otro momento de su intervención.
Lluís Apèsteguia (Més per Mallorca) incidió en asuntos como la educación y avisó de que igual que ocurriera con el Govern de Bauzá «no permitiremos ningún retroceso», ni en la educación ni en ningún otro ámbito, tampoco en la protección del territorio. Prohens, en una de sus réplicas al portavoz de Més per Mallorca, echó mano de informes de Terraferida, grupo ecologista muy crítico con la izquierda y que optó por suspender su actividad poco antes de las elecciones y le preguntó si no se arrepentía de haber aguantado ocho años. Eso fue después de que el ecosoberanista dijera a la candidata que se arrepentiría de pactar con Vox.
La izquierda ha incidido mucho en lo que supone la decisión, aceptada por el PP a petición de Vox, de derogar la ley de Memoria y Reconocimiento Democrático. Y la única diputada de Podemos, Cristina Gómez, exhibió una bandera LGTBI. Las intervenciones del portavoz ‘popular, Sebastià Sagreras, hicieron llorar a la candidata. Se emocionó ante sus elogios. El diputado ‘popular' fue duro, más que la candidata, con Armengol. La izquierda criticó la propuesta de reforma fiscal y auguró que la supresión del impuesto de sucesiones no está pensada para la mayoría (se tributa un 1%) sino para las grandes fortunas. La medida se aprobará este mes en una de la primeras reuniones del Govern.