Un ‘ultra' del Mallorca ha sido condenado por reventar un concierto de Arran en Palma y agredir a uno de los asistentes. En el juicio asumió que el móvil de la agresión de la que se declaró responsable fue ideológico, algo que es la primera vez que ocurre desde grupos de ultraderecha hacia la izquierda independentista en Balears.
El incidente ocurrió el 29 de diciembre de 2018. Arran había organizado un concierto en Es Baluard des Príncep. Durante el mismo, un grupo de ultras irrumpieron en el concierto y arremetieron contra los asistentes, con gritos como «no somos mallorquines, somos españoles, sois de Terra Lliure». Los asistentes al concierto les cerraron el paso a la entrada del Baluard y se produjeron varios momentos de tensión y, entre ellos una agresión. Los allí concentrados denunciaron más tarde que hasta ocho personas habían sido golpeadas. El atestado de la Policía Local de Palma reflejaba lesiones leves.
La organización independentista denunció lo ocurrido y consiguió llevarla a los juzgados. Sin embargo, durante años ha tenía una instrucción accidentada que se ha demorado durante años. En un primer momento se intentó tramitar por el juzgado como un mero delito leve y la Audiencia llevó a que se tramitara como uno grave al incluir la existencia de un delito de odio. En el banquillo de los acusados se sentaban cuatro ultras contra los que Arran ejercía la acusación particular y a los que reclamaba una condena de dos años y medio de cárcel.
La Fiscalía solo mantenía cargos contra uno de ellos. Finalmente se produjo un acuerdo entre las acusaciones y las defensas por las que uno de los encausados admitió una multa por un delito leve con el agravante de discriminación por motivos ideológicos y un atenuante por haber pagado la responsabilidad civil. El único condenado admitió que pegó un puñetazo en la cara a uno de los asistentes al concierto. Los otros tres acusados, representados por los abogados Ana María Vidal Font y José Ramón Orta Rotger fueron absueltos por retirada de acusación. Los ahora encausados han protagonizado otros incidentes anteriores. Esta es la primera ocasión en el que se incluye el agravante específico de delito de odio. De hecho, la primera versión que dieron los ultras a la Policía Local es que fueron ellos los provocados por los militantes de Arran y que se limitaron a defenderse, la opuesta a la que se ha admitido en el juicio.