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Los vecinos de General Ricardo Ortega dicen que el Ajuntament de Palma promete, pero no cumple

Malestar por el tramo de General Ricardo Ortega que Cort, pese a haberlo acordado en pleno, no ha reformado

Los vecinos de General Ricardo Ortega dicen que el Ajuntament de Palma promete, pero no cumple

| Palma | |

Tardes atrás, invitados por algunos de sus vecinos, volvimos a la calle General Ricardo Ortega, donde, pese a que el alcalde, en el pleno municipal del pasado mes de julio, se comprometió a culminar la obra, proyectada y anunciada, entre el tramo comprendido entre Joan Alcover y Manuel Azaña, a día de hoy no se ha hecho nada al respecto. Es más, lo que estaba mal, ha ido a peor. Basta con darse una vuelta por ese tramo y observar, por ejemplo, que en las aceras, las raíces de los árboles siguen causando verdaderos estragos, levantándolas y agrietándolas, lo que hace que muchos vecinos –gente mayor, generalmente– tropiecen, se caigan y se lastimen, y luego denuncien el estado de la misma, y lo que les ha ocasionado –caídas con rupturas de brazo, entre otras–, en la oficina municipal correspondiente, sin que nadie se digne a llamarlos, cuando menos interesándose por su estado, sino que optan por hacer como los avestruces, mirar para otro lado, o dar la callada por respuesta.

También llama la atención ver como han podado unos árboles, mientras otros siguen como antes… Aunque empeorando, cada vez más, su estado, hasta el punto que de algunos se han desprendido las ramas, cayendo al suelo o sobre los coches.

La calle de las caídas

Dos de estos vecinos de la calle, José Manuel Duarte y su esposa, Ligia Lilibeth Vásquez Sáez, propietarios de Multiservicios L&M, y de otros tres negocios más, ubicados en la misma calle, nos manifiestan su malestar por como andan las cosas por allí.

«El señor Oliveira, concejal del distrito, vino hace unos meses por aquí y me dijo que antes de que nos diéramos cuenta, lo que restaba de calle, que es la parte donde vivimos nosotros, quedaría totalmente reformada… Pues    ya ve –señala hacia la acera levantada que hay frente a la puerta de su negocio–, han pasado meses y ya ve como está: peor de como estaba antes de que este señor nos visitara».

Por su parte, su esposa dice que «en vez de Ricardo Ortega, a esta calle se la tendría que llamar ‘la calle de las caídas', pues son constantes. Caídas de gente mayor, sobre todo… ¡Si hasta yo me caí! También podríamos llamarla la calle de los árboles enfermos, o la calle de los coches abandonados… Y cuando llueve, ya ni le cuento como se ponen las aceras, ¡intransitables! ¡Ah!, y últimamente, muchas de las farolas permanecen encendidas durante gran parte del día. Pero lo que no entiende nadie es que, dando el alcalde su palabra en un pleno del verano pasado asegurando que la iban a arreglar, no lo ha hecho. Por eso, me gustaría tenerlo en frente para preguntarle por qué seguimos como antes, habiendo prometido que iban a iniciar la reforma. Lo dijo él en el pleno,    y lo dijo también cuando vino a visitarnos Daniel Oliveira…. ¿Por qué prometen si luego no cumplen?, y más cuando nos han dicho que el proyecto estaba aprobado para toda la calle y se contaba con dinero para pagarlo…».

Por si fuera poco, un bache

Pero es que hay más. Recientemente se ha producido un pequeño hundimiento de calzada al inicio del tramo de General Ricardo Ortega, junto a Joan Alcover. Para evitar que lo pisaran los coches que circulan por dicha calle, lo vallaron. Pero como la valla impide el paso del autobús, la han quitado, por lo cual los coches, además del autobús, siguen pasando sobre el pequeño hundimiento, que con el peso, lógicamente, se hundirá un poquito más cada día. Por cierto, la valla protectora del bache, pero apartada para que pase el bus y los coches –por tanto cualquier coche, bus incluido puede circular sobre él–    sigue allí, sobre la calzada... Pero no sirve para nada.

Por último, decirles a los vecinos que en el pleno municipal de la próxima semana, el concejal adscrito a Cort por Coliació per Palma, Pep Lluís Bauzá, volverá a poner sobre la mesa este asunto, y según nos dicen, aportando el testimonio que darán algunos vecinos invitados al acto por él. Y es que si Mahoma no va a la montaña, la montaña terminará yendo a Mahoma.

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