Es una de las pruebas deportivas que sitúan a Mallorca en el mundo y su impacto social y económico la ubican como un evento de referencia más allá de nuestras fronteras, marcando además el punto más álgido de la temporada cicloturista en la Isla y el punto de inflexión que señala su final, tras unos días previos en los que miles de aficionados al deporte del pedal llegan para disfrutar de la bicicleta y, en muchos casos, tomar parte en la cita más esperada: la Mallorca 312 OK Mobility.
Pero únicamente 8.000 elegidos tendrán dorsal el próximo 29 de abril, la fecha marcada en rojo para el desarrollo del evento que ha revolucionado este sector desde su nacimiento, hace más de una década, de la mano del Club Ciclista Artanenc. Con un cambio de recorrido consecuencia del impacto que genera el movimiento humano y buscando edición tras edición mejorar detalles en ese aspecto para causar el menor número de incidencias posibles, la organización que capitanea Xisco Lliteras ha conseguido afianzar a la Mallorca 312 como un producto y una marca que ya forma parte del selecto club de marchas ciclodeportivas o cicloturistas más mediáticas del planeta. Además, cuenta con gran aceptación por parte del público mallorquín, pues unos 2.000 ciclistas locales participarán este año, además de contar con una cuota femenina cada vez más elevada: en 2023 serán 1.000 mujeres en acción.
Dentro de un calendario de pruebas que atraen a este sector a Mallorca, la 312 ha logrado hacerse con un espacio único. Por su tamaño y logística, que a su vez llevan consigo unas cifras que dejan clara su repercusión, especialmente en lo económico. No en vano, la industria hotelera y de servicios se verá beneficiada por la llegada en los días previos y durante la prueba de los 8.000 participantes, muchos de ellos acompañados por familiares que elevan la cantidad de visitantes que transitan por la Isla esos días. La organización computó el pasado año (2022) cicloturistas de hasta 69 países, algunos de ellos de otros continentes (América, Asia, Oceanía...), siendo el mercado foráneo más notable el británico (27%), seguido del alemán (14%), entre otros europeos como el irlandés, danés, belga, neerlandés y escandinavo.
El impacto económico que generó la marcha fue de cerca de 12 millones de euros, de los que 7.922.166 euros fue directamente de los participantes, por los 3.881.861 que corresponderían a los acompañantes, con un gasto medio de 1.357 euros que dejan patente la relevancia del evento, que activa de forma espectacular el entorno en el que se habilitan la zona de salida y llegada, cuya oferta complementaria funciona a pleno rendimiento gracias a la Mallorca 312 OK Mobility.