Un total de 17.826 familias compraron una vivienda el año pasado en Balears y 6.419 de ellas no necesitaron pedir una hipoteca para hacerlo. Es un 36 % del total de la operaciones que se realizaron, lo que significa que una de cada tres inmuebles que se adquirieron el año pasado en las Islas se hicieron a tocateja, sin que los compradores tuvieran que ni un solo euro al banco.
La cifra es realmente significativa si se tiene en cuenta que el precio medio de la vivienda superó el año pasado los 230.000 euros, es decir, fue la más cara de España e incluso doble la media nacional, pero aún así, a pesar de que estos precios son inasumibles para la mayor parte de los ciudadanos de las Islas, uno de cada tres compradores pudo pagar su casas sin endeudarse.
En el caso de los extranjeros que compraron en las Islas, el porcentaje de compradores no hipotecados se dispara muy por encima de la media de los españoles. Si ese 36 % de familias de Baleares que no necesitan pedir un préstamo para comprar un piso o una casa parece llamativo, más lo es aún cuando se pone la lupa en los compradores extranjeros: fue de un 83 % del total.
El año pasado, los ciudadanos extranjeros compraron 6.060 viviendas de las 17.000 que se vendieron, pero solo tuvieron que pedir un préstamo a una entidad bancaria el 17 % de los compradores. Los extranjeros adquieren bienes sin necesidad de endeudarse en mayor medida que los españoles a pesar de que las viviendas que compran son más caras que los españoles. La estadística de final de año del Colegio de Registradores de la Propiedad señala que la hipoteca media que firmaron los residentes españoles en las islas fue el año pasado de 234.313 euros, pero en el caso de los extranjeros sube a 367.494 euros. Es decir, compran más caro y se hipotecan menos.
En otras comunidades turísticas que pueden asemejarse a Balears, las cifras son muy diferentes. La hipoteca media de un extranjero que compró en Canarias fue de 123.465 euros, es decir, un tercio de lo que se endeudan en Balears . Eso significa que el archipiélago es un lugar donde comprar una vivienda es un bien casi de lujo para los españoles, pero también empieza a ser un destino muy caro para los extranjeros.
Las nacionalidades
Eso tiene que ver también con quién compra esas viviendas. En el caso de Balears, casi la mitad de los compradores extranjeros eran alemanes (un 44,2 %), seguido del Reino Unido (10,44 %) y Francia (4,78 %). Todos los países que aparecen en los diez primeros puestos son de Europa. No es la misma situación en otras comunidades autónomas: hay varias en las que los compradores mayoritarios son de Rumania, como Aragón, Asturias, Cantabria, Madrid o el País Vasco, pero ya ha comunidades donde los ciudadanos procedentes de China son los segundos en el ránking de compradores extranjeros.
Las dificultades para comprar una vivienda en las islas por el elevado precio de los inmuebles y las complicaciones para disponer de un alquiler porque están disparados puede ser uno de los grandes asuntos de la campaña electoral que comenzará en un mes. Todos los partidos ya han anunciado que el acceso a la vivienda será uno de los ejes del programa con el que aspiren a gobernar a partir del próximo día 28 de mayo.
Las claves
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Una ofensiva a largo plazo con el veto a los extranjeros
El Govern y la UIB han puesto en marcha una comisión para ver de qué manera se pueden adoptar medidas para prohibir la compra de viviendas en las Islas por parte de ciudadanos extranjeros, pero ya se alerta de que esta será una medida a largo plazo sobre la que, además, hay diferencias.
El 70 % de las nuevas hipotecas ya son a tipo fijo
La subida de los tipos de interés que está golpeando con dureza a las familias que tienen hipotecas a tipo de interés variable ha hecho que el 70 % de las nuevas hipotecas que se concedieron el año pasado en la Comunitat eran a tipo fijo. Hace 10 años, el porcentaje era exactamente el inverso: el 70 % de hipotecas eran variables.
Cierre de etapa sin que haya ley estatal de vivienda
El Govern de Francina Armengol cierre el mandato sin haber logrado una de las aspiraciones:que el Congreso apruebe una ley de vivienda que le permita poner límites al precio del alquiler, como ha reclamado en numerosas ocasiones el conseller de Mobilitat y Habitatge, Josep Marí. Por ahora no ha sido posible.